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J . DONAT ZOPO
(Valencia)
Cueva del Candil (Tous, Valencia )
INTRODUCCION
La cueva del Candi l, en el térm ino municipa l de Tous (Valencia), después de su formac ión, se perdió para e l conocimiento humano, al quedar prácticamen te ent errada su boca por los aluviones exteriores. En el
año 1900, don Ramón de Sento, vecino de la localidad, ensanchando lo
que no era entonces más que una estrecha madriguera, refugio de alimañas o de posibles piezas de caza , dio de nuevo con e lla, recorrió su
interior y encontró una espada, cuyas características desconocemos, así
como su paradero.
A la espeleología fue incorporada por e l Grupo Espeleológico Vilanova
y Piera de la Excelentísima Diputación Provincia l de Valencia, que la exploró con ocasión de los preparativos de la celebración de la «1 Asamblea
Espeleológica Levantina» cuyos actos, que fueron organizados por el citado
Grupo Vilanova y Piera, junto con el Club Bancobao y los Grupos Universitarios de Montaña (G. U. M.), tuvieron lugar en los térm inos de Car let
y Tous, los días 14 al 17 de abri l de 1960.
A raíz de dichas fechas ha sido repetidamente visitada por los exploradores del mundo subterráneo. Las que motivaron las presentes notas tuvieron lugar los días 4 y 25 de enero de 1970, justo a los diez años de
su incorporación a.l patrimonio espeleológico provincial y como homenaje
a una década de actividad caracterizada por un profundo afán progresista
> renovador.
-25733
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C!t:JST€'/.L0/'1
IILI C! IJNT~
Fig. l. -
Situación de la Cueva del Candil
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3
CUEVA DEL CASDIL
Colaboraron con e l autor en la obtención de es tas notas los señores
don José Andreu Torregrosa, don Vicente Albuixech Grau, don Joaquín
Cortés Pastor y don Rafael Ferrer Novella . A todos ellos mi agradecimiento.
11
SITUACION
Ubicada en la provincia de Valencia, abre su boca en el término municipal de Tous, a l norte de dicha población, a unos 2 kms. de la misma
en línea recta (fig. 1).
Su boca de en trada, orientada al oeste, se encuentra en el tercio superior de la ladera del barranco del Castellet, en su margen izquierda,
862
Flg. 2. -
863
Situación top ográfica de la Cueva del Candil ('fous) (H11.ia i 4G.
Llom bay, del m a p a t op ográ fi co n aciona l, 1/50.000)
-259-
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]. DONAT ZOI'O
entre el denominado cerro del Castellet y las lomas Cotillas, casi a la
altura del inicio del barranco de la cueva del Tortero.
Como itinerario para llegar a la cueva del Candil, partiendo de la población de Al berique, se toma la carretera de esta población a la de Tous,
la cual, pasados los llanos de Alberique, entra en pertenencia de Alcira,
ascendiendo por la sierra del Palmeral. Al llegar a su Km. 6 se penetra
en los llanos del Alto de la Escala, se los cruza siguiendo la misma carretera y al a lcanzar el Km. 4, cuando se va a iniciar el desce nso hacia
la población de Tous, se toma la pista forestal del Campillo, que se abre
"' la derecha de la marcha. Por la misma, atravesando un terreno cali zo,
con grandes manchas arcillosas y sin sa lvar grandes desniveles, se prosigue
por espacio de unos 3 Kms., hasta s ituar a nuestra izquierda e l cerro del
Castellet, de fisonomía muy adecuada a su toponimia, dado su cumbre
aplanada y rodeada de contrafuertes.
Al llegar a este punto, abandonando la pista forestal, cruzaremos directamente hacia el barranco del Castellet, sin caminos, un pequeño llano
de calizas muy lenarizadas, recubiertas de arcilla de decalcificación y vegetación de monte bajo. Al alcanzar el borde superior del barranco, buscaremos una hendidura en el mismo, en el margen en que nos hallamos
y que facilita el descenso y la localización de la caverna, que nos viene
dada por la dirección 340o desde el lado superior izquierdo de la hendidura.
La posición geográfica de la cueva es 3° 2' 1O" de longitud este y
de 39" 10' 25" de latitud norte (fig . 2).
111
GEOLOGIA LOCAL
La hoja 746 del Mapa Topográfico Nac iona l, escala 1/50.000, en que
se halla ubicada la cueva, está dividida en dos sec tores por e l cauce del
río Júcar. Uno, situado al SW., integrado por la zona de Millares (Dones)
y o tro, mucho más complicado, al NE., en el que se encuentra la zona
que nos ocupa. En esta última existen estructuras muy variadas y alguna de ellas, en cierto modo, independientes. Entre éstas se puede destacar
el anticlinal de la sierra del Ave y la fosa de Dos Aguas, con una amplia
zona intermedia de calizas de estratificación vertical ; el sinclinal de la
Canal, coincidente con el valle del mismo nombre y en el que se desarrolla
la cueva de las Maravillas; los Caballones, con estructuras apretadas, com-260 -
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S
CUEVA DEL CAI
plicadas y fuertes buzamientos; la comarca del Campillo, de importante
y especial desarrollo cárstico y su continuación geográfico-morfológica del
Castellet, mucho más identificada con la comarca de M illares (Dones) que
con las anteriores. Otras estructuras, aparentemente más desgajadas, el
Puntal del Aire, las lomas de Matamont o monte Quencall, con importantes cavernas tectónicas, el T ruig-T islares, con poljes y simas sumideros,
son también de gran importancia para el conocimiento cárstico de la hoja
núm. 746, del antes citado mapa, y nos ocuparán próximos trabajos.
El área ocupada por esta hoja es de claro predominio cretácico, con
estructuras tabulares (comarca de Dones y Candil) o de di rectrices tectónicas francamente acusadas como ibé ricas y en menor importancia estaíricas.
Los zonas tabulares, objeto actual de nuestra a tención, concretamente
cerro del Castellet y lomas Cotillas, responden a las características ya señaladas en Dones (Mi llares) ; es decir: a la existencia de una cobertura
superior o techo (en este caso Coniacense) y a la presencia de unos pisos
inferiores, igualmente cretáceos (T uronense y Cenomanense), puestos al
descubierto por los cauces epígeos de desagüe (fig. 3) .
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1
1: Calizas del Santonense. - 2: Calizas 1 Coniacense. - 3: Calizas
lel
del l'ul·ouensc. - 4: Falla de Ten·abon a. - a: Bana nco de F ornales. b : Cel'l'o del Ca:stellet. - e: Bal'l'anco del Castellet. - d: Cueva del Can d il. - e : Lomas Cotillas.
F ig. 3. -
La actual división est ratigráfica ha sido realizada por Dupuy de Lome
y Sánchez Lozano, así como el análisis de sus principales estructuras tectónicas. Brinkmann, en su Mapa Geológico de la provincia de Val encia, no
estableció la subdivisión estratigráfica del Cretáceo y le asignó, como hori zon te, el Emscheriense inferior-Aibense superior, quizá motivado por la
falta de tiempo, dificultad en las comunicaciones y no ser fundamental
para su trabajo. Parecidas circunstancias concurr ie ron en Darder Pericás,
que asignó a la zona la genérica estratificación de Crétáceo s uperior.
-
261 -
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6
J.
DONAT ZOPO
La zona de las lomas Cotillas, en la que se encuentra situada la caverna, está constituida por calizas turonenses muy carstificadas, arrasadas y de modelación variable. La falta de una adecuada escorrentía superficial hace que la « terra rossa» permanezca «in si tu» en gran parte, enterrando sus propias y originarias formas cársticas.
En el perímetro superficial de la cueva (calizas turonenses) se reproduce en gran parte este fenómeno, sobre el que se desarrolla una abun dante vegetación de monte bajo. En las zonas en que permanecen a l exterior amplias planchas calizas éstas aparecen con superficie alisada y acribillada de formas erosivas, circulares o elípticas, con frecuentes coalescencias morfológicas en longitud.
Se observan líneas de diaclasación orientadas de norte a sur, de pequeña longitud, tal vez réplica de la orientación de l barranco del Castellet
en su tramo inmediato que, en sus laderas, en la primera fase de las mismas, zona abrigo de cueva Negra, margen izquierda y contrafuertes del
Castellet, margen derecha, podrían señalar la presencia de un cauce influenciado tectónicamente.
En la misma área se hallaron algunas forma s cársticas de mayor desnrrollo, tanto superficiales como en profundidad, constituyendo estas últimas sum ideros enterrados p::>r materiales elásticos y de aluvión de la zona.
En una reducidísima zona de unos metros cuadrados se localizaron tres
de éstos, evidenciando, con su extremada proximidad, tal vez la presencia
de un drenaje hídrico común a todos ellos.
En resumen, podemos considerar que el área lomas Cotillas presenta
la forma y modelado de un cárstico de llanura, con formas propias de
absorción y conducción muy desarrolladas, aunque actualmente se encuentran esteri lizadas por las escasas precipitaciones atmosféricas (formas de
absorción} y colgadas (formas de conducción) por la profundización del
cauce de l barranco del Castellet, secuela del hundimiento del cauce del
río Júcar.
En el momento actual, epirogenismo activo y pluviosidad escasa (del
orden de los 433 mm. por m.2 promedio de los años 1962-66, según datos
de la estación meteorológica de Millares), es de esperar se acentúen los
extremos antes señalados.
·- 262 -
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CUEVA DEL CANDIL
i
IV
GEOLOGIA COMARCAL
La comarca de la cueva del Candil, prolongación de la de les Dones,
se halla comprendida principalmente en la hoja núm. 746, Llombay (zona
norte) y se prolonga hacia la núm. 769, Navarrés (zona sur), en la que
ll ega a pene t rar.
Su área cae dentro de la zona que, con carácter predominantemente
tabular, se ha pod ido conservar en la provincia, al amparo de una serie de
fosas tectónicas, resueltas en a mplios y longitudinales diapiros, más libre
de estructuras tectónicas plegadas y orientadas según las directrices preva lentes de la región . Esta zona que, en otros lugares, hemos denominado, por así considerarla, de escudo, se halla en plena región ibérica, como
así confirman las estructuras tectónicas que la circundan, y en una zona
limítrofe, de transición, con la Prebética, muy próxima a la misma, y en
la antesala del choque de sus opuestas formas o directrices.
Cársticamente se halla, junto con todo el área provincial, sometida a
la continuada variación de los niveles hídricos, en rápido hundimiento
como consecuencia de la elevación local por epirogenismo del terreno. La
red cárstica ha sido práctica y totalmente abandonada, quedando colgada
a gran altura de los actuales cauces epígeos. Tan sólo en comarcas triá sicas parece haberse podido conservar una cierta estabilidad de nivel y
mantener vivas las formas, al amparo, quizá, de los niveles arci liosos del
Bunt o del Keuper diapírico. Los intentos hipógeos de profundización casi
!;iempre se han encontrado abortados en fases muy juveniles, casi inci pientes, en las zonas del interior. Por contra, en las zonas costeras, Gandía con su cova Churra, Corbera con su cova de les Ratetes y su conexión,
recien temen te descubierta por el GEVYP, con el Pou de Dalt de les Ratetes, nos muestran un desarrollo cárst ico, amparado en una estra tigrafía
tavorable en cuanto a su disposición, tan agudo y violento como pueden
serlo, proporcionalmente, los rectos tajos de los cauces exteriores . Vallada, con su túnel del Sumidor, sobre materiales del Keuper diapirico, en
falla de crestería, nos facilita también una estructura cárstica descendente,
si bien con tonos moderados.
El examen de todas estas formas cársticas nos lleva también a conclusiones no defin it ivas sobre la continuidad permanente del movimiento
epirogénico, estableciendo la posibilidad de que éste haya sufrido oscilaciones positivas y nega t ivas, o por lo menos estacionarias, en el conjunto
de su actuación.
-263-
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J.
DONAT ZOPO
V
ESPELEOGRAFIA METRICA Y MORFOLOGICA
Salvo algunas galerías laterales, de importancia prácticamen te nula, se
puede considerar que la cavidad está const itu ida por un sólo corredor de
unos 3 15 metros de longitud, orientado de NW. (boca) a SE. (término),
de desarrollo prácticamente horizontal y con algunos desniveles en profundidad, salvados por pequeñas coladas (fig. 4) .
Para el mejor conocimiento o descripción de su morfología y desarrollo
SE' la puede considerar fragmentada en varios sectores. Al efecto podemos
enunciar los siguientes:
1)
2)
3)
4)
5)
6)
Vestíbulo ... ... ... ... ...
Zona de embalses con agua
Zona de embalses secos
Zona del piso hundido .. ...
Zona de desplomes ... ... ...
Galería terminal.. ... ... ...
Total. . ... ... ... . .. . .. ...
37'80 metros longitud
))
))
62'20
))
69'10
))
))
49'))
))
65'40
))
))
32'24
))
31 5 '74
))
))
1) Vestíbulo. - Se inicia éste al trasponer la boca de entrada a la cavidad. Está formado inicialmente por una pronunciada pendiente hacia el
interior, recubierta de materiales alóctonos y autóctonos. Llega a alcanzar
anchuras de hasta 1O metros, con un promedio de unos 6 metros. La bóveda la tiene formada por un amplio estra to horizontal que llega a alcanzar una elevación sobre el suelo de hasta unos 7 metros y sobre la que se
fijan pequeñas y aisladas esta lactitas de cauda l o macarrones y factura algo
antigua . Sobre las paredes se fijan groseras coladas y sobre el piso de la
sala yace también alguna deforme y voluminosa estalactita mixta. Al pie
de la pendiente el vestíbulo se transforma en galería; sus cortes transversales denuncian formas gravitacionales y formas horizontales muy recortadas
por la erosión, así como la existencia de los restos de un doble ciclo cárstico, representantes de dos fases cronológicas sucesivas y en coalescencia
morfológica que nos parece adivinar impuesta por una mezcolanza de erosión y hundimientos. En el suelo aparecen los gourgs, de umbral estalagmítico y profundidades entre 15 y 25 centímetros, en su casi totalidad inun-
264 -
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Fig. 4
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CUEVA DEL CA.'
9
dados de agua (enero y febrero de 1970) y en los que se pudo recoger
diversos tipos de pisolitas.
2) Zona de e mbalses con agua. - Se inicia al término de la anterior, al producirse en esta última un cambio o giro brusco de dirección
(90°). El suelo está en su totalidad recubierto de gourgs, también de umbral estalagmítico y, como su nombre indica, cubiertos de agua (mismas
techas que los anteriores) .
Las paredes, en su sección más elevada, muestran claramente dibujadas las formas erosivas y los p lanos de estratificación . En la sección inferior las paredes aparecen recubiertas de formas li toquímicas, en forma de
bandas de nivel y con un aspecto grumoso e irregular, ta l vez producto
de la solidifi cación de un antiguo «mond- mi lch» .
La sección transversal nos sigue mostrando la existencia del doble proceso cárst ico observado en el tramo anterior, si bien, las dimensiones del
más elevado siguen paulatinamente reduciéndose. La altura de la galería,
cambiante, se mantiene como promedio con un equivalente de unos 4 metros.
El término de este sector viene determinado por la presencia de una
gruesa y aislada estalactita climá t ica, sobre la que se abre, en la bóveda,
una diaclasa y en torno a esta última algunas coladas. También en su término, en la pared derecha asoman sus bocas dos pequeñas galerías que
desembocan en la principal a ras del suelo y que const ituyen dos aportaciones hídricas laterales abortadas en una fase muy juvenil. Entre los
sedimentos de éstas se encuentran gran cantidad de pisolitas.
3) Zona de e mbalses secos. - Es continuación de la anterior y finaliza en una poten te colada, descendente.
En esta nueva zona prosiguen los gourgs de umbral esta lagmítico recubriendo el suelo pero, en contra de los anteriores, muestran un elevado
grado de sequedad. El piso se halla, además, recubierto de una gruesa capa
estalagmítica, sobre la que se depositan numerosos bloques elásticos de
pequeño y regular tamaño bastante antiguos y denunciando alguno de
e llos haber estado inmersos en agua después de haberse desplomado. A lgunos desniveles, los mayores y más bruscos, vemos se salvan a través de
coladas o de gourgs. Estos últimos se han formado sobre la parte baja del
desnivel; la barrera estalagmítica es de un espesor mucho mayor que la
de los gourgs de galería antes observados y su profundidad, en relación
con los anteriores, también es muy elevada.
Los cortes transversales denuncian ya casi como desaparecido el an tes
ci tado doble ciclo cárstico, así como la transformación de los mismos de
eminen temente gravi tacionales en una forma mixta. La altura en deter34.
265 -
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J.
DONAT ZOrO
minados puntos es también elevada, de hasta 1O metros, y las anchuras,
muy variables, oscilan entre los 4 y los 7 y medio metros.
4) .Zona del piso hundido. - Sigue a la anterior y está comprendida
entre ésta y la de los desplomes. Se inicia con un hundimiento del suelo
de unos 7'70 metros de longitud y que ocupa todo el ancho de la galería,
en un orden de unos 4'50 metros. La profundidad del hundimiento es de
unos 75 cms. y ha afectado exclusivamente a una serie de recubrimientos
litoquímicos del suelo.
En este lugar la caverna parece haber realizado, en su génesis, algunas importantes variaciones. Parece que en un principio se instaló sobre
una galería a la izquierda de la actual y al nivel superior de la colada.
Posteriormente se excavó la ga lería actual con filtraciones hídricas proceden tes del inicio de la colada -directas- y laterales procedentes de
lil primera galería -indirectas-. Se formó pues, en este sector, una doble galería, cuyo tabique separador fue posteriormente eliminado, si bien
quedan del mismo todavía residuos en la bóveda.
Las alturas de este sector varían entre los 3 y los 5 metros y las anchuras de 3 a 5 metros.
5) Zona de desplomes.- Abandona prácticamente la forma gravitacional de sectores anteriores y muestra en su plenitud el asentamiento
sobre planos de estratificación y ciclo cárstico único.
Lo más destacado de esta zona son los desplomes de bóveda, los cuales en cuanto a su desarrollo y mecanismo genético serán estudiados en
otro lugar de este trabajo.
La amplitud del sector es muy variable y alcanza desde unos 5 metros has ta los 9 metros. Las alturas sufren también grandes variaciones
llegando, en algunos puntos, a alcanzar los 1O metros.
Finaliza el sector en un desnivel brusco de 1'50 metros, formado al
término de una especie de pequeño laminador, rema tado por una colada
sobre el suelo.
6) Galería terminal . - Su principal característica es la pérdida de
dimensiones, en especial la altura, que desciende hasta un metro y el
consti tuir el fin de la cavidad. El suelo en este lugar muestra una gruesa costra calcárea que se extiende parcialmente a la bóveda.
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CUEVA DEL CANDLL
11
VI
PROCESOS CLASTICOS
El primer gran proceso elástico o desplome de bóveda observado, cuyos restos permanecen en toda su amplitud, alcanza la totalidad de la
galería y está integrado, principalmente, casi exclusivamente, por un gran
bloque despegado en sentido horizontal a través de los planos de diacla sación y frac turado por la gravedad en sentido vertical. El bloque, cardo
sobre un suelo recubierto de coladas, se ha mantenido en su integridad .
El lado derecho del mismo forma cierto ángulo con la pared del mismo
lado, enmascarado por la actual disposición de los materiales. En cambio,
el lado izquierdo, formado por un alargado brazo, inclinado por la posición
adoptada después del desplome, denuncia la irregularidad del mismo (fig. 5) .
En la segunda mitad de la caverna se puede apreciar igualmente la
existencia de otros dos desplomes, volumétricamente más importantes que
el anterior. Examinadas sus características estas han sido coincidentes en
cuanto a su génesis, mecánica y cronología relativa.
El primero de ellos es muy importante . Los escombros cierran práctica
y transversalmente el paso de la cavidad y hay que superarlos por encima
de ellos. Alcanzan hasta mediada la altura de la bóveda, la cual se muestra actualmente como una plancha alisada y de c:>lor claro. El material
desplomado es una caliza muy margosa, de una tonalidad blanquecina, con
bancos de 11 5 /120 cms. de espesor, separados ocasionalmen te por finísi mas capas arcillosas.
Alguno de estos grandes bloques, al desprenderse de .la bóveda, han
efectuado, al caer, un giro de hasta 90• en relación a su posición primitiva,
pasando de la horizontalidad a la verticalidad. Ello nos hace suponer que
el mecanismo de desplome tiene dos fases : Una de despegue horizontal,
verificada a través de los planos de estratificación, con aportes hídricos de
procedencia lateral. Otra, fractura vertical, motivada por la acción de la
gravedad, causa de la deposición vertical o subvertical de los estratos caídos.
En conjunto se observa en los bloques una dispos.ición anárquica, no mostrando señales de corrosión ni entre los estratos, ni en la base en contacto
con el suelo.
A cont inuación de esta masa de materiales elásticos, a lo largo de la
galería, parece se ha corrido el desplome, aunque con un volumen muy
reducido. Hacia su término, antes de alcanzar el segundo de es tos hundimientos, aparece algún bloque con muestras erosivas en su base, las
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:z
J. DONAT ZOPO
cuales, conjugadas con una distinta coloración de la roca, nos muestran
una mayor antigüedad de deposición y una cronología relativa, en la mutación de la caverna, mucho más antigua también.
Fig. 5. -
Cortes transversales de la Cueva del Can dil (dlb. J . Andreu )
En el siguiente gran proceso elástico se observa en los bloques caídos
una posición algo distinta, si bien ésta es motivada por factores ajenos al
citado proceso elást ico. En efecto, en dicho sector de la cavidad, en el
sent ido longitudinal de la misma, próxima a la bóveda, se forman unas
-268-
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CUEVA DEL CANDI.L
13
pequeñas terrazas. La amplitud de techos es en tonces superior a la amplitud de la ga lería; ello motiva que al producirse e l hundimiento de la
bóveda y desplomarse ésta verticalmente choque con las terrazas laterales, se fragmente y algunos gruesos bloques queden sobre las mismas en
precaria situación de equilibrio dadas sus pendientes hacia el interior, al
Fig. 6. -
Cortes tra ns versales d e la Cueva d el Can d il (d ib. Andre u)
-
269-
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J.
\4
DONAT ZOI'O
tiempo que, otros fragmentos mayores, se apoyan sobre las paredes de
la galería, formando ángulos intermedios entre la verticalidad y la horizontalidad.
Algún otro bloque se ha desprendido limpiamente de la bóveda y se
ha depositado en su misma posición sobre el suelo, en forma tan impecable que bastaría volver a levantarlos para encajarlos de nuevo en su primitiva posición. En uno de ellos nos fue dado el observar en su cara superior, la de contacto con la bóveda, la existencia de una capa arcillosa,
cuarteada por desecación, y sobre la que se había efectuado el plano de
despegue (figs . 6, 7 y 8).
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F íg. 7. -
Desp egu e, fr a c t u r a. caída y gir o de l bloqu e e n la m ism a, proceso
h a bitu a l en la Cu eva d el Can dil (dlb. Andreu )
También en alguna de las caras inferiores de estos bloques pudimos
observar la existencia de an t iguos recubrimientos calcáreos, originados en
su antigua posición en la bóveda, demostrativos de que los desplomes tuvieron lugar después de cierta acción reconstructiva de la caverna.
Un análisis de conjunto de su morfología elástica nos lleva a la conclusión de que la posición cronológica, relativa, de estos grandes desplomes,
dentro de la mayor antigüedad del primero sobre los dos siguientes, está
situada en una fase postgenética de la cavidad, incluso a las formas litoquímicas de relleno.
La posición en el espacio de alguno de estos bloques, así como la de
las masas calizas estratificadas, nos fuerzan a suponer, para un futuro,
nuevas modificaciones postgenéticas de origen elástico.
- 270 -
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CUEVA DEL CANDIL
15
En cuanto al mecanismo genét ico creemos puede ser clasificado en el
ámbito de los graviclásticos, con algunos complementos de tipo mecanoelástico.
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Fig. 8. -
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Hundimien to de bóveda .(dib. An dreu )
VIl
PI SOLITAS
Bajo la denominación técnica de pisolitas se esconde la más común
y atract iva de «perlas de las cavernas» . Su definición no es fáci l, toda vez
que su naturaleza, forma, edad, etc., puede diferir completamente de una
a otra, según su procedencia, e incluso dentro de una misma cavidad variar
-
271 -
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16
]. DONAT ZOI'O
según el sector en que se origine. Entonces, dentro de la necesidad de
buscar un común denominador que nos identifique lo que es una pisolita,
señalaremos que ésta es una forma litoquímica que se crea en torno a
un núcleo por deposición en capas envolventes del carbonato de calcio que
las aguas llevan disuelto bajo la forma de bicarbonato cálcico. La pisolita,
en contraposición a otras formas de reconstrucción, es un elemento que
inicialmente suele estar completamente despegado de la masa rocosa de
la caverna, si bien, posteriormente, puede estar soldada al suelo, a veces
en número y extensión tan elevada que pueden formar los denominados
suelos pi solí ticos.
Su origen está norma lmente en las aguas de infiltración, aj caer gota
a gota del techo o bóveda al suelo. Si en este momento, en su caída, encuentra un grano de arena o cua lquier otro material, lo envuelve, depositando s~bre él su carga calcárea.
También, como consecuencia del choque, el núcleo se mueve e impide que se suelde al suelo. Si este último está constituido por un material blando el roce con el suelo, ocasionado por el m~vimiento de la perlé:!, no produce apenas desgaste y entonces la pisolita suele mostrar unas
formas más granulosas y bastas. Por el contrario, si el lecho en que reposa
la perla es duro, se produce el desgaste de esta última, la cual redondea
sus formas, adquiere pulimento, mostrando un brillo especial y se convierte
en las denominadas «perlas porcelana» . Algunas de éstas crecen desmesuradamente adquiriendo peso, se encajan en el lecho en que se han producido y la gota de agua se cae de la bóveda, si bien la mueve no tiene
fuerza para imprimirle un giro total. Consecuentemente la perla presenta
dos caras totalmente opuestas, una con brillo «perla porcelana» y la otra
rugosa, fea, de «perla blanda» .
El núcleo sobre el que se forman las perlas suele ser muy variado y
está normalmente constituido por los materiales de reducido tamaño que
suelen existir en las cuevas. Los más usua les son granos de arena, arci lla,
ca liza o c ualquier otra pequeña mate ria, conchas de d im inutos caracoles,
huesecil los, e tc. Si el núcleo es pequeño o redondeado la forma de la pisolita llega fáci lmente a formas más o menos esféricas, pero si el núcleo es
irregular, huesos por ejemplo, la forma de la perla también suele ser muy
trregular, ya que se adapta a las irregularidades de su núcleo. Posteriormente, poco a poco, esta forma inicial se va desdibujando por regularización de sus principales anormalidades, aunque ésta siga perfilándose.
En la cueva del Candil se han encontrado pisolitas en varios sectores
de la misma y de acuerdo con su procedencia las dividimos en dos grupos:
a)
b)
Procedentes de los gourgs.
Procedentes de las galerías de aporte hídrico lateral.
-272 -
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17
CUEVA DEL CANDIL
En los gourgs hemos encontrado gran número de estos ejemplares.
Desde los completamente formados, hasta los q ue se encontraban en al guna fase intermedia de su transformación, figurando entre estos últimos,
en forma especial, por su elevado número, las pisolitas con núcleo const ituido por una concha de caracol.
El número de ejemplares es como indicamos muy elevado y fáci l de
localizar. Su tamaño es muy variable, dependiendo, -entre otras causas, de
su núcleo y de su edad, y oscilaba entre los 9 y los 27 mm. y entre los
materiales en formación entre los 7 y los 40 mm., correspondiendo esta
(lftima medida tan elevada a pisolitas con núcleo de caracoles.
Recogidas algunas pisoli tas y seccionadas, a.l objeto de conocer la naturaleza de su núcleo, de un total de 12 ejemplares, proceden tes de gourgs,
se obtuvieron los siguien tes resultados:
a)
b)
e)
d)
e)
Sin núcleo aparente . . . . ..
Núcleo arcilloso ...
Núcleo cáscara de caracol
Núcleo huesoso . . . . .... .
Núcleo margoso (roca de la caverna) blanco
4
3
2
2
ejemplares
ejemplares
ejemplares
ejemplares
ejemplar
La perla de núcleo margoso, de color blanco, responde a material autóctono de la cavidad.
Las perlas sin núcleo aparente no desdicen la definición general del
material pisolítico, ya que, su falta de núcleo sólo es aparente y parece
que los ejemplares incursos en este caso se han formado sobre cristal izaciones de calcita agrupadas por la atracción de sus molécu las.
Es de notar que de los doce e jemplares examinados solo uno de ellos
manifestó poseer un núcl-eo excént rico.
El segundo sector señalado como de procedencia de las perlas son los
aportes hídricos laterales, hoy secos, y que se presentan en forma de pequeñas galerías y de desarrollo prácticamente nulo. Las pisolitas se encuentran ent re los sedimentos de las mismas. Son de pequeño tamaño estas
perlas, unos 14 mm. de diáme t ro medio, con formas acusadamente redondeadas y sin pulimento.
De estas últimas pisolitas se ha examinado igualmente la contextura
de una docena de ellas y se ha alcanzado el siguiente resultado:
a)
b)
Sin núcleo aparente..
Núcleo arcilloso.. . ..
1 1 ejemplares
1 ejemplar
Examinando los resultados obtenidos podemos llegar a la siguiente con clusión: la variedad de núcleos que presentan las pisolitas de gourgs, superior a las originadas en los aportes hídricos laterales, viene determinada
35
273-
[page-n-275]
18
J.
DONAT ZOI'O
por la absorción para dichas funciones de materiales tanto alóctonos como
autóctonos y en especial la propia cristalización. En cambio, a este último
tipo de pisolita no podemos reservar más que, como núcleo cen tral, la
cristalización y en un g rado más inferior los ma teriales autóctonos. Datos válidos para la cueva del Candi l, pero que necesi tarán mayores comprobaciones para elevarlos al carácter de conclusión general.
VII I
CONSIDERACIONES SOBRE LA GENESIS DE LA CAVIDAD
Y SU POSTERIOR EVOLUCION
Los aportes hídricos, consecuentes de la formación de la cueva del
Candil, eran todos provinentes de las aguas epígeas del barranco del Castellet. Nos hallamos, pues ante una cavidad sumidero .
En el capítulo dedicado a la espeleografía mét rica y morfológica se
verif icó el comentario de que los cortes transversales de la cavidad daban
a conocer la existencia de varios ciclos erosivos.
El más elevado, o sea, el más primitivo, debió de mantener una línea
de desarrollo práct icamente horizontal, desde la en trada de la caverna al
término de la misma en este ciclo. Los conductos inicia les debieron estar
excavados a presión hidrostática, si bien, después, consecuencia de la facilidad expansiva brindada por la estratificación tabular de la zona, la erosión se apoyó en la discon t inuidad de los estratos.
Causas ajenas a la caverna, que posteriormente intentaré analizar, imprimieron a las aguas epígeas que a la misma afluían una mayor capacidad
erosiva en profundidad y el sent ido circular de los cortes transversales,
motivados por la presión hidrostát ica, o su desvío hacia fo rmas horizontales, fue alterado y sustituido por un predominio de tipo vertical o d iaclasacional.
Nos parece descubrir en este momento dos fases, apoyados en la morfología residual. Uno más directo, casi puramente vertical, que sirvió para
realizar el t ránsito entre e l ciclo anterior y el nuevo que se inicia y otro,
más suave, en el que sin perderse el predominio de la verticalidad en el
desarrollo de las formas, éstas ganan proporcionalidad en el sentido horizontal.
Creemos que, en este momento, las condiciones hídricas de la cueva
han variado ya en forma extremada. La erosión se verifica en condiciones
vadosas o libres y las galerías empiezan ya a mostrar en sus cortes trans-
274-
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CUEVA DEL CANDlL
19
versales formas instaladas ya, casi preferencialmente sobre planos de estratificación. La comunicación entre la «zona de los embalses secos» y la
«zona del piso hundido» se establece a través de una galería que, con el
tiempo, quedaría abandonada y colgada.
En efecto, más adelante, una acción regresiva de las aguas fa cilita el
establecimi·ento de una nueva galería de comunicación entre las zonas de
conducto, más elevado, al nuevo, originan una serie de coladas aún hoy
existentes.
Posteriormente la erosión hace desaparecer e l tabique separador existente entre ambas galerías y parcialmente se confunden hoy en una sola,
sin más restos ent re ellas que una pequeña muestra del tabique separador
antes citado y pegado a la bóveda.
El agua que circula por .la cavidad pierde fue rza erosiva, como consecuencia de la mayor ampli tud de cauce que tiene y de la disminución de
aportes hídricos. Su discurrir se hace con carácter laminar y toma carácter de depósito permanente en gran parte de la caverna. Consecuentemente empiezan a situarse sobre las paredes formas litoquímicas, tal vez
«mond milch», que se transforma, con el tiempo, en bandas de nivel.
La disminución de los aportes hídricos traería consigo el recubrimiento de los suelos y la formación de las coladas y los gourgs de desnivel
Con el cese de aportes hídricos en forma de corriente continua se afirmaría el recubrimiento estalagmítico de los suelos y la formación de los
gourgs de galería de umbral estalagmítico.
Las alteraciones por recubrimientos litoquímicos en bóveda, carecen de
importancia, y su momento, difícil de precisar, sólo puede quedar como
anterior a los desplomes de bóveda, también estudiados aparte y para los
que se señala dos épocas totalmente distintas cronológicamente.
Casi al inicio de las consideraciones genéticas de la caverna se manifestó que la misma, ya creada, sufrió una fuerte variación ·en su estructura
como consecuencia de un cambio en la agresividad de las aguas epígeas
que a la misma afluían . Este hecho es cierto. La provincia de Valencia, en
tiempos geológicamente modernos, ha sufrido alteraciones de importancia
en su relación tierra-mar. La línea de nivel actual, cota O de nuestras mediciones topográficas, no correspondía con la que en fechas atrás hubiésemos obtenido. Es decir, la altitud de un punto de la provincia de Valencia,
considerada sobre el nivel del mar, es relativa en el transcurso del tiempo.
Esta variación del nivel tierra-mar puede tener carácter mundial (variaciones eustáticas) o local, y en este último caso, puede realizarse con
a lt-eración de las estructuras tectónicas (orogenias) o sin la citada alteración, por lo menos aparentemente y con carácter superficial (epirogenias).
-275-
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20
J.
DONAT ZOPO
La provincia de Valencia se encuentra en e) último caso reseñado y
consecuent-emente su línea costera y su red hidrográfica interior, epígea
y subterránea, se hallan en completa transformación.
El movimiento epirogénico, que puede tener movimientos radiales de
ascenso o descenso, par-ece encontrarse en la citada provincia valenciana
en una fase de elevación de tierras, presentando una costa de emersión
o regresión, con sus correspondientes restingas y albuferas.
En cuanto a la red hidrográfica del interior es fácil deducir que habrá
tenido que ser modificada en profundidad por las aguas, en la búsqueda
del nuevo perfil de equilibrio. En distintos lugares de la provincia las masas de travertinos han sido cortadas; en otros, terrazas de tipo talasostático, de cantos rodados, quedan colgadas a buena altura.
La red cárstica ha sufrido también importantes variaciones. Numerosas
cavernas sumidero han quedado colgadas como consecuencia de la profundización de los cauces epígeos que las alimentaban. Las surgencias igualmente quedan a gran elevación sobre los cauces actuales y los intentos de
profundización observados en algunas han quedado abortados en fases muy
juveni les. Tal vez porque estos últimos se han iniciado a mayores profundidades y en lugares inaccesibles por la red de galerías actual.
Finalmente, aprovechando la circunstancia de ser la cueva del Candil
una cavidad tipo sumidero, en la que probablemente se acentúen los problemas del binomio erosión-corrosión, no quiero dejar de señalar, como
otros autores ya lo vienen haciendo, la dificultad de una acción puramente
corrosiva, toda vez que la saturación de las aguas se verifica rápidamente
y que )a materia calcárea que pueda corresponder en la capacidad corrosiva de las aguas cársticas en profundidad representa un porcentaje muy
ínfimo de su capacidad total. Así, pues, creemos que los principales fac tores condicionantes de la formación de las cavernas son la abundancia
de la aportación hídrica, la naturaleza y grado de fracturación de las rocas,
la disposición tectónica de los materiales y, caso de la provincia valenciana, la situación de los niveles hídricos.
IX
BIOESPELEOLOGIA
En febrero de 1967 el autor comprobó .la presencia de un ejemplar macho de «Rhinolophus ferrum-equinum», solitario, pendiente de la bóveda
y a unos 2 metros de elevación de ésta sobre el suelo. Estaba situado a
unos 80 metros de distancia de la boca de entrada de la caverna, en am-276-
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CUJ!VA DBL CANDIL
21
biente cálido y húmedo. A unos 20 metros de dicho lugar, más hacia el
interior de la cavidad, se localizó una pequeña colonia de quirópteros. Se
hallaba compuesta por unos 12 individuos. Capturado uno de ellos resultó
ser un ejemplar de «Myotis nattereri» (determinación efectuado por el
doctor Balcells, del Centro Pirenaico de Biología Experimental), el cual
resultó ser un macho parasitado de espinturnícidos.
Con anterioridad, precisamente en el lugar de la cueva en que se forma una pequeña recámara o piso superior, se capturaron varios «Miniopterus schreibersi», formando todos ellos una colonia de ejemplares sueltos
o aislados.
En la misma zona montañosa (comarca del Campillo) se ha determinado la presencia del «Rhinolophus ferrum-equinum», además del «Rhinolophus euryale», ambas especies en la sima del Campillo (al norte y a escasos kilómetros de la cueva del Candil) y del «Miniopterus schereibersi»,
en la cueva de les Dones (al oeste, a escasos kilómetros de la cueva del
Candil y zona cárstica de Millares).
Se ha comprobado también la existencia, a distintas profundidades,
siempre sobre las paredes o sus formaciones, del ortóptero trogloxeno «Dolichopoda sp.» , localizado en o tras muchas cuevas valencianas y, entre
otras, en la antes citada de les Dones.
X
RESUMEN
La cueva del Candi l está situada en la subregión centra) valenciana,
dentro del perímetro ibérico o celtibérico, en la zona de transición con la
Prebét ica. Desarrollada en un carst de calizas turonenses tabuladas, qui zá con alguna inflexión hacia la directriz ibérica, consti tuye un bello ejemplo de caverna en carst de mesa.
Actualmente colgada, consti tuye el talweg de un importante sumidero
que tomaba sus aguas de las epígeas del barranco del Castellet, en el sistema hidrográfico del río Júcar.
Su orientación interior, NW. a SE., está acorde con la ibérica y con el
cauce del río Júcar y de haber proseguido su desarrollo hubiera constituido
una vertiente tectónica y subterránea paralela a la orográfica del citado río
Júcar.
Se ha visto afectada por el epirogenismo valenciano y considerando el
-277-
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22
J.
OONAT ZOPO
desarrollo volumétrico anterior y posterior a l citado movimiento es de suponer que su origen no esté muy distanciado del mismo.
La principal variación postgenética está centrada en los procesos elásticos, los cuales muestran, al parecer, características propias.
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-278-
[page-n-280]
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l . - El paisaje de Las Lomas de Cotillas.
2.- Boca e e acceso a la caverna.
l
ti.bulo; se señala el doble ciclo cárstico.
3. -Entra da a la caverna.
4.- Ves-
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...
[page-n-281]
l . - Ban·anco d el Castellet.
2.- Ol'igin a les restos d e la erosión.
3 y 4.- Dos
aspectos de las gaterías; en ambos se ve el doble ciclo cárstico y la estratificación
horizontal.
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l . - Gourgs de umbra l estala gmítico llenos d e agua.
2.- G a leria inunda d a por el agua procedente de las infiltracio nes.
con estratificación horizonta l y ba n das de nivel.
3.- Co ladas parietales. prod ucida s en la misma zona y circun stan cia s
que las a nteriores.
4. - Bloque elástico despren did o d e la bóveda y que, encajado en las par edes de la ga lería. pa rece
for mar pa r le d e ella .
~
2
[page-n-283]
l. - Diaclasa a bier ta en l a bóveda, ol'ienta da N. a S. y coladas laterales.
2. - Cola das pa rieta les prod ucidas por las fil t raciones de un cauce s uperior a otro inferior
3 y 4.- Bloques elásticos despegados de la
en un a acción regresiva de la cavern a .
bóveda y reposan do sobre el s uelo e n distintos á ngulos
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1. - Caos de bloques elásticos gigan tes.
2.- El color oscuro de los bloques señala las áreas de despegue, mien tras que el
claro m arca la s zon as de (Factura.
3 y 4. - Dos aspectos de la galería del fin al de la caverna. Bloques elás ticos. Estratificación m arcada. Predomi nio del d esa rrollo h orizon tal sobre el verticaL
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[page-n-285]
J . DONAT ZOPO
(Valencia)
Cueva del Candil (Tous, Valencia )
INTRODUCCION
La cueva del Candi l, en el térm ino municipa l de Tous (Valencia), después de su formac ión, se perdió para e l conocimiento humano, al quedar prácticamen te ent errada su boca por los aluviones exteriores. En el
año 1900, don Ramón de Sento, vecino de la localidad, ensanchando lo
que no era entonces más que una estrecha madriguera, refugio de alimañas o de posibles piezas de caza , dio de nuevo con e lla, recorrió su
interior y encontró una espada, cuyas características desconocemos, así
como su paradero.
A la espeleología fue incorporada por e l Grupo Espeleológico Vilanova
y Piera de la Excelentísima Diputación Provincia l de Valencia, que la exploró con ocasión de los preparativos de la celebración de la «1 Asamblea
Espeleológica Levantina» cuyos actos, que fueron organizados por el citado
Grupo Vilanova y Piera, junto con el Club Bancobao y los Grupos Universitarios de Montaña (G. U. M.), tuvieron lugar en los térm inos de Car let
y Tous, los días 14 al 17 de abri l de 1960.
A raíz de dichas fechas ha sido repetidamente visitada por los exploradores del mundo subterráneo. Las que motivaron las presentes notas tuvieron lugar los días 4 y 25 de enero de 1970, justo a los diez años de
su incorporación a.l patrimonio espeleológico provincial y como homenaje
a una década de actividad caracterizada por un profundo afán progresista
> renovador.
-25733
[page-n-258]
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Fig. l. -
Situación de la Cueva del Candil
[page-n-259]
3
CUEVA DEL CASDIL
Colaboraron con e l autor en la obtención de es tas notas los señores
don José Andreu Torregrosa, don Vicente Albuixech Grau, don Joaquín
Cortés Pastor y don Rafael Ferrer Novella . A todos ellos mi agradecimiento.
11
SITUACION
Ubicada en la provincia de Valencia, abre su boca en el término municipal de Tous, a l norte de dicha población, a unos 2 kms. de la misma
en línea recta (fig. 1).
Su boca de en trada, orientada al oeste, se encuentra en el tercio superior de la ladera del barranco del Castellet, en su margen izquierda,
862
Flg. 2. -
863
Situación top ográfica de la Cueva del Candil ('fous) (H11.ia i 4G.
Llom bay, del m a p a t op ográ fi co n aciona l, 1/50.000)
-259-
[page-n-260]
]. DONAT ZOI'O
entre el denominado cerro del Castellet y las lomas Cotillas, casi a la
altura del inicio del barranco de la cueva del Tortero.
Como itinerario para llegar a la cueva del Candil, partiendo de la población de Al berique, se toma la carretera de esta población a la de Tous,
la cual, pasados los llanos de Alberique, entra en pertenencia de Alcira,
ascendiendo por la sierra del Palmeral. Al llegar a su Km. 6 se penetra
en los llanos del Alto de la Escala, se los cruza siguiendo la misma carretera y al a lcanzar el Km. 4, cuando se va a iniciar el desce nso hacia
la población de Tous, se toma la pista forestal del Campillo, que se abre
"' la derecha de la marcha. Por la misma, atravesando un terreno cali zo,
con grandes manchas arcillosas y sin sa lvar grandes desniveles, se prosigue
por espacio de unos 3 Kms., hasta s ituar a nuestra izquierda e l cerro del
Castellet, de fisonomía muy adecuada a su toponimia, dado su cumbre
aplanada y rodeada de contrafuertes.
Al llegar a este punto, abandonando la pista forestal, cruzaremos directamente hacia el barranco del Castellet, sin caminos, un pequeño llano
de calizas muy lenarizadas, recubiertas de arcilla de decalcificación y vegetación de monte bajo. Al alcanzar el borde superior del barranco, buscaremos una hendidura en el mismo, en el margen en que nos hallamos
y que facilita el descenso y la localización de la caverna, que nos viene
dada por la dirección 340o desde el lado superior izquierdo de la hendidura.
La posición geográfica de la cueva es 3° 2' 1O" de longitud este y
de 39" 10' 25" de latitud norte (fig . 2).
111
GEOLOGIA LOCAL
La hoja 746 del Mapa Topográfico Nac iona l, escala 1/50.000, en que
se halla ubicada la cueva, está dividida en dos sec tores por e l cauce del
río Júcar. Uno, situado al SW., integrado por la zona de Millares (Dones)
y o tro, mucho más complicado, al NE., en el que se encuentra la zona
que nos ocupa. En esta última existen estructuras muy variadas y alguna de ellas, en cierto modo, independientes. Entre éstas se puede destacar
el anticlinal de la sierra del Ave y la fosa de Dos Aguas, con una amplia
zona intermedia de calizas de estratificación vertical ; el sinclinal de la
Canal, coincidente con el valle del mismo nombre y en el que se desarrolla
la cueva de las Maravillas; los Caballones, con estructuras apretadas, com-260 -
[page-n-261]
S
CUEVA DEL CAI
plicadas y fuertes buzamientos; la comarca del Campillo, de importante
y especial desarrollo cárstico y su continuación geográfico-morfológica del
Castellet, mucho más identificada con la comarca de M illares (Dones) que
con las anteriores. Otras estructuras, aparentemente más desgajadas, el
Puntal del Aire, las lomas de Matamont o monte Quencall, con importantes cavernas tectónicas, el T ruig-T islares, con poljes y simas sumideros,
son también de gran importancia para el conocimiento cárstico de la hoja
núm. 746, del antes citado mapa, y nos ocuparán próximos trabajos.
El área ocupada por esta hoja es de claro predominio cretácico, con
estructuras tabulares (comarca de Dones y Candil) o de di rectrices tectónicas francamente acusadas como ibé ricas y en menor importancia estaíricas.
Los zonas tabulares, objeto actual de nuestra a tención, concretamente
cerro del Castellet y lomas Cotillas, responden a las características ya señaladas en Dones (Mi llares) ; es decir: a la existencia de una cobertura
superior o techo (en este caso Coniacense) y a la presencia de unos pisos
inferiores, igualmente cretáceos (T uronense y Cenomanense), puestos al
descubierto por los cauces epígeos de desagüe (fig. 3) .
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1: Calizas del Santonense. - 2: Calizas 1 Coniacense. - 3: Calizas
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del l'ul·ouensc. - 4: Falla de Ten·abon a. - a: Bana nco de F ornales. b : Cel'l'o del Ca:stellet. - e: Bal'l'anco del Castellet. - d: Cueva del Can d il. - e : Lomas Cotillas.
F ig. 3. -
La actual división est ratigráfica ha sido realizada por Dupuy de Lome
y Sánchez Lozano, así como el análisis de sus principales estructuras tectónicas. Brinkmann, en su Mapa Geológico de la provincia de Val encia, no
estableció la subdivisión estratigráfica del Cretáceo y le asignó, como hori zon te, el Emscheriense inferior-Aibense superior, quizá motivado por la
falta de tiempo, dificultad en las comunicaciones y no ser fundamental
para su trabajo. Parecidas circunstancias concurr ie ron en Darder Pericás,
que asignó a la zona la genérica estratificación de Crétáceo s uperior.
-
261 -
[page-n-262]
6
J.
DONAT ZOPO
La zona de las lomas Cotillas, en la que se encuentra situada la caverna, está constituida por calizas turonenses muy carstificadas, arrasadas y de modelación variable. La falta de una adecuada escorrentía superficial hace que la « terra rossa» permanezca «in si tu» en gran parte, enterrando sus propias y originarias formas cársticas.
En el perímetro superficial de la cueva (calizas turonenses) se reproduce en gran parte este fenómeno, sobre el que se desarrolla una abun dante vegetación de monte bajo. En las zonas en que permanecen a l exterior amplias planchas calizas éstas aparecen con superficie alisada y acribillada de formas erosivas, circulares o elípticas, con frecuentes coalescencias morfológicas en longitud.
Se observan líneas de diaclasación orientadas de norte a sur, de pequeña longitud, tal vez réplica de la orientación de l barranco del Castellet
en su tramo inmediato que, en sus laderas, en la primera fase de las mismas, zona abrigo de cueva Negra, margen izquierda y contrafuertes del
Castellet, margen derecha, podrían señalar la presencia de un cauce influenciado tectónicamente.
En la misma área se hallaron algunas forma s cársticas de mayor desnrrollo, tanto superficiales como en profundidad, constituyendo estas últimas sum ideros enterrados p::>r materiales elásticos y de aluvión de la zona.
En una reducidísima zona de unos metros cuadrados se localizaron tres
de éstos, evidenciando, con su extremada proximidad, tal vez la presencia
de un drenaje hídrico común a todos ellos.
En resumen, podemos considerar que el área lomas Cotillas presenta
la forma y modelado de un cárstico de llanura, con formas propias de
absorción y conducción muy desarrolladas, aunque actualmente se encuentran esteri lizadas por las escasas precipitaciones atmosféricas (formas de
absorción} y colgadas (formas de conducción) por la profundización del
cauce de l barranco del Castellet, secuela del hundimiento del cauce del
río Júcar.
En el momento actual, epirogenismo activo y pluviosidad escasa (del
orden de los 433 mm. por m.2 promedio de los años 1962-66, según datos
de la estación meteorológica de Millares), es de esperar se acentúen los
extremos antes señalados.
·- 262 -
[page-n-263]
CUEVA DEL CANDIL
i
IV
GEOLOGIA COMARCAL
La comarca de la cueva del Candil, prolongación de la de les Dones,
se halla comprendida principalmente en la hoja núm. 746, Llombay (zona
norte) y se prolonga hacia la núm. 769, Navarrés (zona sur), en la que
ll ega a pene t rar.
Su área cae dentro de la zona que, con carácter predominantemente
tabular, se ha pod ido conservar en la provincia, al amparo de una serie de
fosas tectónicas, resueltas en a mplios y longitudinales diapiros, más libre
de estructuras tectónicas plegadas y orientadas según las directrices preva lentes de la región . Esta zona que, en otros lugares, hemos denominado, por así considerarla, de escudo, se halla en plena región ibérica, como
así confirman las estructuras tectónicas que la circundan, y en una zona
limítrofe, de transición, con la Prebética, muy próxima a la misma, y en
la antesala del choque de sus opuestas formas o directrices.
Cársticamente se halla, junto con todo el área provincial, sometida a
la continuada variación de los niveles hídricos, en rápido hundimiento
como consecuencia de la elevación local por epirogenismo del terreno. La
red cárstica ha sido práctica y totalmente abandonada, quedando colgada
a gran altura de los actuales cauces epígeos. Tan sólo en comarcas triá sicas parece haberse podido conservar una cierta estabilidad de nivel y
mantener vivas las formas, al amparo, quizá, de los niveles arci liosos del
Bunt o del Keuper diapírico. Los intentos hipógeos de profundización casi
!;iempre se han encontrado abortados en fases muy juveniles, casi inci pientes, en las zonas del interior. Por contra, en las zonas costeras, Gandía con su cova Churra, Corbera con su cova de les Ratetes y su conexión,
recien temen te descubierta por el GEVYP, con el Pou de Dalt de les Ratetes, nos muestran un desarrollo cárst ico, amparado en una estra tigrafía
tavorable en cuanto a su disposición, tan agudo y violento como pueden
serlo, proporcionalmente, los rectos tajos de los cauces exteriores . Vallada, con su túnel del Sumidor, sobre materiales del Keuper diapirico, en
falla de crestería, nos facilita también una estructura cárstica descendente,
si bien con tonos moderados.
El examen de todas estas formas cársticas nos lleva también a conclusiones no defin it ivas sobre la continuidad permanente del movimiento
epirogénico, estableciendo la posibilidad de que éste haya sufrido oscilaciones positivas y nega t ivas, o por lo menos estacionarias, en el conjunto
de su actuación.
-263-
[page-n-264]
J.
DONAT ZOPO
V
ESPELEOGRAFIA METRICA Y MORFOLOGICA
Salvo algunas galerías laterales, de importancia prácticamen te nula, se
puede considerar que la cavidad está const itu ida por un sólo corredor de
unos 3 15 metros de longitud, orientado de NW. (boca) a SE. (término),
de desarrollo prácticamente horizontal y con algunos desniveles en profundidad, salvados por pequeñas coladas (fig. 4) .
Para el mejor conocimiento o descripción de su morfología y desarrollo
SE' la puede considerar fragmentada en varios sectores. Al efecto podemos
enunciar los siguientes:
1)
2)
3)
4)
5)
6)
Vestíbulo ... ... ... ... ...
Zona de embalses con agua
Zona de embalses secos
Zona del piso hundido .. ...
Zona de desplomes ... ... ...
Galería terminal.. ... ... ...
Total. . ... ... ... . .. . .. ...
37'80 metros longitud
))
))
62'20
))
69'10
))
))
49'))
))
65'40
))
))
32'24
))
31 5 '74
))
))
1) Vestíbulo. - Se inicia éste al trasponer la boca de entrada a la cavidad. Está formado inicialmente por una pronunciada pendiente hacia el
interior, recubierta de materiales alóctonos y autóctonos. Llega a alcanzar
anchuras de hasta 1O metros, con un promedio de unos 6 metros. La bóveda la tiene formada por un amplio estra to horizontal que llega a alcanzar una elevación sobre el suelo de hasta unos 7 metros y sobre la que se
fijan pequeñas y aisladas esta lactitas de cauda l o macarrones y factura algo
antigua . Sobre las paredes se fijan groseras coladas y sobre el piso de la
sala yace también alguna deforme y voluminosa estalactita mixta. Al pie
de la pendiente el vestíbulo se transforma en galería; sus cortes transversales denuncian formas gravitacionales y formas horizontales muy recortadas
por la erosión, así como la existencia de los restos de un doble ciclo cárstico, representantes de dos fases cronológicas sucesivas y en coalescencia
morfológica que nos parece adivinar impuesta por una mezcolanza de erosión y hundimientos. En el suelo aparecen los gourgs, de umbral estalagmítico y profundidades entre 15 y 25 centímetros, en su casi totalidad inun-
264 -
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Fig. 4
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CUEVA DEL CA.'
9
dados de agua (enero y febrero de 1970) y en los que se pudo recoger
diversos tipos de pisolitas.
2) Zona de e mbalses con agua. - Se inicia al término de la anterior, al producirse en esta última un cambio o giro brusco de dirección
(90°). El suelo está en su totalidad recubierto de gourgs, también de umbral estalagmítico y, como su nombre indica, cubiertos de agua (mismas
techas que los anteriores) .
Las paredes, en su sección más elevada, muestran claramente dibujadas las formas erosivas y los p lanos de estratificación . En la sección inferior las paredes aparecen recubiertas de formas li toquímicas, en forma de
bandas de nivel y con un aspecto grumoso e irregular, ta l vez producto
de la solidifi cación de un antiguo «mond- mi lch» .
La sección transversal nos sigue mostrando la existencia del doble proceso cárst ico observado en el tramo anterior, si bien, las dimensiones del
más elevado siguen paulatinamente reduciéndose. La altura de la galería,
cambiante, se mantiene como promedio con un equivalente de unos 4 metros.
El término de este sector viene determinado por la presencia de una
gruesa y aislada estalactita climá t ica, sobre la que se abre, en la bóveda,
una diaclasa y en torno a esta última algunas coladas. También en su término, en la pared derecha asoman sus bocas dos pequeñas galerías que
desembocan en la principal a ras del suelo y que const ituyen dos aportaciones hídricas laterales abortadas en una fase muy juvenil. Entre los
sedimentos de éstas se encuentran gran cantidad de pisolitas.
3) Zona de e mbalses secos. - Es continuación de la anterior y finaliza en una poten te colada, descendente.
En esta nueva zona prosiguen los gourgs de umbral esta lagmítico recubriendo el suelo pero, en contra de los anteriores, muestran un elevado
grado de sequedad. El piso se halla, además, recubierto de una gruesa capa
estalagmítica, sobre la que se depositan numerosos bloques elásticos de
pequeño y regular tamaño bastante antiguos y denunciando alguno de
e llos haber estado inmersos en agua después de haberse desplomado. A lgunos desniveles, los mayores y más bruscos, vemos se salvan a través de
coladas o de gourgs. Estos últimos se han formado sobre la parte baja del
desnivel; la barrera estalagmítica es de un espesor mucho mayor que la
de los gourgs de galería antes observados y su profundidad, en relación
con los anteriores, también es muy elevada.
Los cortes transversales denuncian ya casi como desaparecido el an tes
ci tado doble ciclo cárstico, así como la transformación de los mismos de
eminen temente gravi tacionales en una forma mixta. La altura en deter34.
265 -
[page-n-267]
J.
DONAT ZOrO
minados puntos es también elevada, de hasta 1O metros, y las anchuras,
muy variables, oscilan entre los 4 y los 7 y medio metros.
4) .Zona del piso hundido. - Sigue a la anterior y está comprendida
entre ésta y la de los desplomes. Se inicia con un hundimiento del suelo
de unos 7'70 metros de longitud y que ocupa todo el ancho de la galería,
en un orden de unos 4'50 metros. La profundidad del hundimiento es de
unos 75 cms. y ha afectado exclusivamente a una serie de recubrimientos
litoquímicos del suelo.
En este lugar la caverna parece haber realizado, en su génesis, algunas importantes variaciones. Parece que en un principio se instaló sobre
una galería a la izquierda de la actual y al nivel superior de la colada.
Posteriormente se excavó la ga lería actual con filtraciones hídricas proceden tes del inicio de la colada -directas- y laterales procedentes de
lil primera galería -indirectas-. Se formó pues, en este sector, una doble galería, cuyo tabique separador fue posteriormente eliminado, si bien
quedan del mismo todavía residuos en la bóveda.
Las alturas de este sector varían entre los 3 y los 5 metros y las anchuras de 3 a 5 metros.
5) Zona de desplomes.- Abandona prácticamente la forma gravitacional de sectores anteriores y muestra en su plenitud el asentamiento
sobre planos de estratificación y ciclo cárstico único.
Lo más destacado de esta zona son los desplomes de bóveda, los cuales en cuanto a su desarrollo y mecanismo genético serán estudiados en
otro lugar de este trabajo.
La amplitud del sector es muy variable y alcanza desde unos 5 metros has ta los 9 metros. Las alturas sufren también grandes variaciones
llegando, en algunos puntos, a alcanzar los 1O metros.
Finaliza el sector en un desnivel brusco de 1'50 metros, formado al
término de una especie de pequeño laminador, rema tado por una colada
sobre el suelo.
6) Galería terminal . - Su principal característica es la pérdida de
dimensiones, en especial la altura, que desciende hasta un metro y el
consti tuir el fin de la cavidad. El suelo en este lugar muestra una gruesa costra calcárea que se extiende parcialmente a la bóveda.
-264-
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CUEVA DEL CANDLL
11
VI
PROCESOS CLASTICOS
El primer gran proceso elástico o desplome de bóveda observado, cuyos restos permanecen en toda su amplitud, alcanza la totalidad de la
galería y está integrado, principalmente, casi exclusivamente, por un gran
bloque despegado en sentido horizontal a través de los planos de diacla sación y frac turado por la gravedad en sentido vertical. El bloque, cardo
sobre un suelo recubierto de coladas, se ha mantenido en su integridad .
El lado derecho del mismo forma cierto ángulo con la pared del mismo
lado, enmascarado por la actual disposición de los materiales. En cambio,
el lado izquierdo, formado por un alargado brazo, inclinado por la posición
adoptada después del desplome, denuncia la irregularidad del mismo (fig. 5) .
En la segunda mitad de la caverna se puede apreciar igualmente la
existencia de otros dos desplomes, volumétricamente más importantes que
el anterior. Examinadas sus características estas han sido coincidentes en
cuanto a su génesis, mecánica y cronología relativa.
El primero de ellos es muy importante . Los escombros cierran práctica
y transversalmente el paso de la cavidad y hay que superarlos por encima
de ellos. Alcanzan hasta mediada la altura de la bóveda, la cual se muestra actualmente como una plancha alisada y de c:>lor claro. El material
desplomado es una caliza muy margosa, de una tonalidad blanquecina, con
bancos de 11 5 /120 cms. de espesor, separados ocasionalmen te por finísi mas capas arcillosas.
Alguno de estos grandes bloques, al desprenderse de .la bóveda, han
efectuado, al caer, un giro de hasta 90• en relación a su posición primitiva,
pasando de la horizontalidad a la verticalidad. Ello nos hace suponer que
el mecanismo de desplome tiene dos fases : Una de despegue horizontal,
verificada a través de los planos de estratificación, con aportes hídricos de
procedencia lateral. Otra, fractura vertical, motivada por la acción de la
gravedad, causa de la deposición vertical o subvertical de los estratos caídos.
En conjunto se observa en los bloques una dispos.ición anárquica, no mostrando señales de corrosión ni entre los estratos, ni en la base en contacto
con el suelo.
A cont inuación de esta masa de materiales elásticos, a lo largo de la
galería, parece se ha corrido el desplome, aunque con un volumen muy
reducido. Hacia su término, antes de alcanzar el segundo de es tos hundimientos, aparece algún bloque con muestras erosivas en su base, las
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:z
J. DONAT ZOPO
cuales, conjugadas con una distinta coloración de la roca, nos muestran
una mayor antigüedad de deposición y una cronología relativa, en la mutación de la caverna, mucho más antigua también.
Fig. 5. -
Cortes transversales de la Cueva del Can dil (dlb. J . Andreu )
En el siguiente gran proceso elástico se observa en los bloques caídos
una posición algo distinta, si bien ésta es motivada por factores ajenos al
citado proceso elást ico. En efecto, en dicho sector de la cavidad, en el
sent ido longitudinal de la misma, próxima a la bóveda, se forman unas
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CUEVA DEL CANDI.L
13
pequeñas terrazas. La amplitud de techos es en tonces superior a la amplitud de la ga lería; ello motiva que al producirse e l hundimiento de la
bóveda y desplomarse ésta verticalmente choque con las terrazas laterales, se fragmente y algunos gruesos bloques queden sobre las mismas en
precaria situación de equilibrio dadas sus pendientes hacia el interior, al
Fig. 6. -
Cortes tra ns versales d e la Cueva d el Can d il (d ib. Andre u)
-
269-
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J.
\4
DONAT ZOI'O
tiempo que, otros fragmentos mayores, se apoyan sobre las paredes de
la galería, formando ángulos intermedios entre la verticalidad y la horizontalidad.
Algún otro bloque se ha desprendido limpiamente de la bóveda y se
ha depositado en su misma posición sobre el suelo, en forma tan impecable que bastaría volver a levantarlos para encajarlos de nuevo en su primitiva posición. En uno de ellos nos fue dado el observar en su cara superior, la de contacto con la bóveda, la existencia de una capa arcillosa,
cuarteada por desecación, y sobre la que se había efectuado el plano de
despegue (figs . 6, 7 y 8).
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F íg. 7. -
Desp egu e, fr a c t u r a. caída y gir o de l bloqu e e n la m ism a, proceso
h a bitu a l en la Cu eva d el Can dil (dlb. Andreu )
También en alguna de las caras inferiores de estos bloques pudimos
observar la existencia de an t iguos recubrimientos calcáreos, originados en
su antigua posición en la bóveda, demostrativos de que los desplomes tuvieron lugar después de cierta acción reconstructiva de la caverna.
Un análisis de conjunto de su morfología elástica nos lleva a la conclusión de que la posición cronológica, relativa, de estos grandes desplomes,
dentro de la mayor antigüedad del primero sobre los dos siguientes, está
situada en una fase postgenética de la cavidad, incluso a las formas litoquímicas de relleno.
La posición en el espacio de alguno de estos bloques, así como la de
las masas calizas estratificadas, nos fuerzan a suponer, para un futuro,
nuevas modificaciones postgenéticas de origen elástico.
- 270 -
[page-n-272]
CUEVA DEL CANDIL
15
En cuanto al mecanismo genét ico creemos puede ser clasificado en el
ámbito de los graviclásticos, con algunos complementos de tipo mecanoelástico.
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1
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•
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Fig. 8. -
'
'
Hundimien to de bóveda .(dib. An dreu )
VIl
PI SOLITAS
Bajo la denominación técnica de pisolitas se esconde la más común
y atract iva de «perlas de las cavernas» . Su definición no es fáci l, toda vez
que su naturaleza, forma, edad, etc., puede diferir completamente de una
a otra, según su procedencia, e incluso dentro de una misma cavidad variar
-
271 -
[page-n-273]
16
]. DONAT ZOI'O
según el sector en que se origine. Entonces, dentro de la necesidad de
buscar un común denominador que nos identifique lo que es una pisolita,
señalaremos que ésta es una forma litoquímica que se crea en torno a
un núcleo por deposición en capas envolventes del carbonato de calcio que
las aguas llevan disuelto bajo la forma de bicarbonato cálcico. La pisolita,
en contraposición a otras formas de reconstrucción, es un elemento que
inicialmente suele estar completamente despegado de la masa rocosa de
la caverna, si bien, posteriormente, puede estar soldada al suelo, a veces
en número y extensión tan elevada que pueden formar los denominados
suelos pi solí ticos.
Su origen está norma lmente en las aguas de infiltración, aj caer gota
a gota del techo o bóveda al suelo. Si en este momento, en su caída, encuentra un grano de arena o cua lquier otro material, lo envuelve, depositando s~bre él su carga calcárea.
También, como consecuencia del choque, el núcleo se mueve e impide que se suelde al suelo. Si este último está constituido por un material blando el roce con el suelo, ocasionado por el m~vimiento de la perlé:!, no produce apenas desgaste y entonces la pisolita suele mostrar unas
formas más granulosas y bastas. Por el contrario, si el lecho en que reposa
la perla es duro, se produce el desgaste de esta última, la cual redondea
sus formas, adquiere pulimento, mostrando un brillo especial y se convierte
en las denominadas «perlas porcelana» . Algunas de éstas crecen desmesuradamente adquiriendo peso, se encajan en el lecho en que se han producido y la gota de agua se cae de la bóveda, si bien la mueve no tiene
fuerza para imprimirle un giro total. Consecuentemente la perla presenta
dos caras totalmente opuestas, una con brillo «perla porcelana» y la otra
rugosa, fea, de «perla blanda» .
El núcleo sobre el que se forman las perlas suele ser muy variado y
está normalmente constituido por los materiales de reducido tamaño que
suelen existir en las cuevas. Los más usua les son granos de arena, arci lla,
ca liza o c ualquier otra pequeña mate ria, conchas de d im inutos caracoles,
huesecil los, e tc. Si el núcleo es pequeño o redondeado la forma de la pisolita llega fáci lmente a formas más o menos esféricas, pero si el núcleo es
irregular, huesos por ejemplo, la forma de la perla también suele ser muy
trregular, ya que se adapta a las irregularidades de su núcleo. Posteriormente, poco a poco, esta forma inicial se va desdibujando por regularización de sus principales anormalidades, aunque ésta siga perfilándose.
En la cueva del Candil se han encontrado pisolitas en varios sectores
de la misma y de acuerdo con su procedencia las dividimos en dos grupos:
a)
b)
Procedentes de los gourgs.
Procedentes de las galerías de aporte hídrico lateral.
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17
CUEVA DEL CANDIL
En los gourgs hemos encontrado gran número de estos ejemplares.
Desde los completamente formados, hasta los q ue se encontraban en al guna fase intermedia de su transformación, figurando entre estos últimos,
en forma especial, por su elevado número, las pisolitas con núcleo const ituido por una concha de caracol.
El número de ejemplares es como indicamos muy elevado y fáci l de
localizar. Su tamaño es muy variable, dependiendo, -entre otras causas, de
su núcleo y de su edad, y oscilaba entre los 9 y los 27 mm. y entre los
materiales en formación entre los 7 y los 40 mm., correspondiendo esta
(lftima medida tan elevada a pisolitas con núcleo de caracoles.
Recogidas algunas pisoli tas y seccionadas, a.l objeto de conocer la naturaleza de su núcleo, de un total de 12 ejemplares, proceden tes de gourgs,
se obtuvieron los siguien tes resultados:
a)
b)
e)
d)
e)
Sin núcleo aparente . . . . ..
Núcleo arcilloso ...
Núcleo cáscara de caracol
Núcleo huesoso . . . . .... .
Núcleo margoso (roca de la caverna) blanco
4
3
2
2
ejemplares
ejemplares
ejemplares
ejemplares
ejemplar
La perla de núcleo margoso, de color blanco, responde a material autóctono de la cavidad.
Las perlas sin núcleo aparente no desdicen la definición general del
material pisolítico, ya que, su falta de núcleo sólo es aparente y parece
que los ejemplares incursos en este caso se han formado sobre cristal izaciones de calcita agrupadas por la atracción de sus molécu las.
Es de notar que de los doce e jemplares examinados solo uno de ellos
manifestó poseer un núcl-eo excént rico.
El segundo sector señalado como de procedencia de las perlas son los
aportes hídricos laterales, hoy secos, y que se presentan en forma de pequeñas galerías y de desarrollo prácticamente nulo. Las pisolitas se encuentran ent re los sedimentos de las mismas. Son de pequeño tamaño estas
perlas, unos 14 mm. de diáme t ro medio, con formas acusadamente redondeadas y sin pulimento.
De estas últimas pisolitas se ha examinado igualmente la contextura
de una docena de ellas y se ha alcanzado el siguiente resultado:
a)
b)
Sin núcleo aparente..
Núcleo arcilloso.. . ..
1 1 ejemplares
1 ejemplar
Examinando los resultados obtenidos podemos llegar a la siguiente con clusión: la variedad de núcleos que presentan las pisolitas de gourgs, superior a las originadas en los aportes hídricos laterales, viene determinada
35
273-
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J.
DONAT ZOI'O
por la absorción para dichas funciones de materiales tanto alóctonos como
autóctonos y en especial la propia cristalización. En cambio, a este último
tipo de pisolita no podemos reservar más que, como núcleo cen tral, la
cristalización y en un g rado más inferior los ma teriales autóctonos. Datos válidos para la cueva del Candi l, pero que necesi tarán mayores comprobaciones para elevarlos al carácter de conclusión general.
VII I
CONSIDERACIONES SOBRE LA GENESIS DE LA CAVIDAD
Y SU POSTERIOR EVOLUCION
Los aportes hídricos, consecuentes de la formación de la cueva del
Candil, eran todos provinentes de las aguas epígeas del barranco del Castellet. Nos hallamos, pues ante una cavidad sumidero .
En el capítulo dedicado a la espeleografía mét rica y morfológica se
verif icó el comentario de que los cortes transversales de la cavidad daban
a conocer la existencia de varios ciclos erosivos.
El más elevado, o sea, el más primitivo, debió de mantener una línea
de desarrollo práct icamente horizontal, desde la en trada de la caverna al
término de la misma en este ciclo. Los conductos inicia les debieron estar
excavados a presión hidrostática, si bien, después, consecuencia de la facilidad expansiva brindada por la estratificación tabular de la zona, la erosión se apoyó en la discon t inuidad de los estratos.
Causas ajenas a la caverna, que posteriormente intentaré analizar, imprimieron a las aguas epígeas que a la misma afluían una mayor capacidad
erosiva en profundidad y el sent ido circular de los cortes transversales,
motivados por la presión hidrostát ica, o su desvío hacia fo rmas horizontales, fue alterado y sustituido por un predominio de tipo vertical o d iaclasacional.
Nos parece descubrir en este momento dos fases, apoyados en la morfología residual. Uno más directo, casi puramente vertical, que sirvió para
realizar el t ránsito entre e l ciclo anterior y el nuevo que se inicia y otro,
más suave, en el que sin perderse el predominio de la verticalidad en el
desarrollo de las formas, éstas ganan proporcionalidad en el sentido horizontal.
Creemos que, en este momento, las condiciones hídricas de la cueva
han variado ya en forma extremada. La erosión se verifica en condiciones
vadosas o libres y las galerías empiezan ya a mostrar en sus cortes trans-
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CUEVA DEL CANDlL
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versales formas instaladas ya, casi preferencialmente sobre planos de estratificación. La comunicación entre la «zona de los embalses secos» y la
«zona del piso hundido» se establece a través de una galería que, con el
tiempo, quedaría abandonada y colgada.
En efecto, más adelante, una acción regresiva de las aguas fa cilita el
establecimi·ento de una nueva galería de comunicación entre las zonas de
existentes.
Posteriormente la erosión hace desaparecer e l tabique separador existente entre ambas galerías y parcialmente se confunden hoy en una sola,
sin más restos ent re ellas que una pequeña muestra del tabique separador
antes citado y pegado a la bóveda.
El agua que circula por .la cavidad pierde fue rza erosiva, como consecuencia de la mayor ampli tud de cauce que tiene y de la disminución de
aportes hídricos. Su discurrir se hace con carácter laminar y toma carácter de depósito permanente en gran parte de la caverna. Consecuentemente empiezan a situarse sobre las paredes formas litoquímicas, tal vez
«mond milch», que se transforma, con el tiempo, en bandas de nivel.
La disminución de los aportes hídricos traería consigo el recubrimiento de los suelos y la formación de las coladas y los gourgs de desnivel
Con el cese de aportes hídricos en forma de corriente continua se afirmaría el recubrimiento estalagmítico de los suelos y la formación de los
gourgs de galería de umbral estalagmítico.
Las alteraciones por recubrimientos litoquímicos en bóveda, carecen de
importancia, y su momento, difícil de precisar, sólo puede quedar como
anterior a los desplomes de bóveda, también estudiados aparte y para los
que se señala dos épocas totalmente distintas cronológicamente.
Casi al inicio de las consideraciones genéticas de la caverna se manifestó que la misma, ya creada, sufrió una fuerte variación ·en su estructura
como consecuencia de un cambio en la agresividad de las aguas epígeas
que a la misma afluían . Este hecho es cierto. La provincia de Valencia, en
tiempos geológicamente modernos, ha sufrido alteraciones de importancia
en su relación tierra-mar. La línea de nivel actual, cota O de nuestras mediciones topográficas, no correspondía con la que en fechas atrás hubiésemos obtenido. Es decir, la altitud de un punto de la provincia de Valencia,
considerada sobre el nivel del mar, es relativa en el transcurso del tiempo.
Esta variación del nivel tierra-mar puede tener carácter mundial (variaciones eustáticas) o local, y en este último caso, puede realizarse con
a lt-eración de las estructuras tectónicas (orogenias) o sin la citada alteración, por lo menos aparentemente y con carácter superficial (epirogenias).
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20
J.
DONAT ZOPO
La provincia de Valencia se encuentra en e) último caso reseñado y
consecuent-emente su línea costera y su red hidrográfica interior, epígea
y subterránea, se hallan en completa transformación.
El movimiento epirogénico, que puede tener movimientos radiales de
ascenso o descenso, par-ece encontrarse en la citada provincia valenciana
en una fase de elevación de tierras, presentando una costa de emersión
o regresión, con sus correspondientes restingas y albuferas.
En cuanto a la red hidrográfica del interior es fácil deducir que habrá
tenido que ser modificada en profundidad por las aguas, en la búsqueda
del nuevo perfil de equilibrio. En distintos lugares de la provincia las masas de travertinos han sido cortadas; en otros, terrazas de tipo talasostático, de cantos rodados, quedan colgadas a buena altura.
La red cárstica ha sufrido también importantes variaciones. Numerosas
cavernas sumidero han quedado colgadas como consecuencia de la profundización de los cauces epígeos que las alimentaban. Las surgencias igualmente quedan a gran elevación sobre los cauces actuales y los intentos de
profundización observados en algunas han quedado abortados en fases muy
juveni les. Tal vez porque estos últimos se han iniciado a mayores profundidades y en lugares inaccesibles por la red de galerías actual.
Finalmente, aprovechando la circunstancia de ser la cueva del Candil
una cavidad tipo sumidero, en la que probablemente se acentúen los problemas del binomio erosión-corrosión, no quiero dejar de señalar, como
otros autores ya lo vienen haciendo, la dificultad de una acción puramente
corrosiva, toda vez que la saturación de las aguas se verifica rápidamente
y que )a materia calcárea que pueda corresponder en la capacidad corrosiva de las aguas cársticas en profundidad representa un porcentaje muy
ínfimo de su capacidad total. Así, pues, creemos que los principales fac tores condicionantes de la formación de las cavernas son la abundancia
de la aportación hídrica, la naturaleza y grado de fracturación de las rocas,
la disposición tectónica de los materiales y, caso de la provincia valenciana, la situación de los niveles hídricos.
IX
BIOESPELEOLOGIA
En febrero de 1967 el autor comprobó .la presencia de un ejemplar macho de «Rhinolophus ferrum-equinum», solitario, pendiente de la bóveda
y a unos 2 metros de elevación de ésta sobre el suelo. Estaba situado a
unos 80 metros de distancia de la boca de entrada de la caverna, en am-276-
[page-n-278]
CUJ!VA DBL CANDIL
21
biente cálido y húmedo. A unos 20 metros de dicho lugar, más hacia el
interior de la cavidad, se localizó una pequeña colonia de quirópteros. Se
hallaba compuesta por unos 12 individuos. Capturado uno de ellos resultó
ser un ejemplar de «Myotis nattereri» (determinación efectuado por el
doctor Balcells, del Centro Pirenaico de Biología Experimental), el cual
resultó ser un macho parasitado de espinturnícidos.
Con anterioridad, precisamente en el lugar de la cueva en que se forma una pequeña recámara o piso superior, se capturaron varios «Miniopterus schreibersi», formando todos ellos una colonia de ejemplares sueltos
o aislados.
En la misma zona montañosa (comarca del Campillo) se ha determinado la presencia del «Rhinolophus ferrum-equinum», además del «Rhinolophus euryale», ambas especies en la sima del Campillo (al norte y a escasos kilómetros de la cueva del Candil) y del «Miniopterus schereibersi»,
en la cueva de les Dones (al oeste, a escasos kilómetros de la cueva del
Candil y zona cárstica de Millares).
Se ha comprobado también la existencia, a distintas profundidades,
siempre sobre las paredes o sus formaciones, del ortóptero trogloxeno «Dolichopoda sp.» , localizado en o tras muchas cuevas valencianas y, entre
otras, en la antes citada de les Dones.
X
RESUMEN
La cueva del Candi l está situada en la subregión centra) valenciana,
dentro del perímetro ibérico o celtibérico, en la zona de transición con la
Prebét ica. Desarrollada en un carst de calizas turonenses tabuladas, qui zá con alguna inflexión hacia la directriz ibérica, consti tuye un bello ejemplo de caverna en carst de mesa.
Actualmente colgada, consti tuye el talweg de un importante sumidero
que tomaba sus aguas de las epígeas del barranco del Castellet, en el sistema hidrográfico del río Júcar.
Su orientación interior, NW. a SE., está acorde con la ibérica y con el
cauce del río Júcar y de haber proseguido su desarrollo hubiera constituido
una vertiente tectónica y subterránea paralela a la orográfica del citado río
Júcar.
Se ha visto afectada por el epirogenismo valenciano y considerando el
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22
J.
OONAT ZOPO
desarrollo volumétrico anterior y posterior a l citado movimiento es de suponer que su origen no esté muy distanciado del mismo.
La principal variación postgenética está centrada en los procesos elásticos, los cuales muestran, al parecer, características propias.
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l . - El paisaje de Las Lomas de Cotillas.
2.- Boca e e acceso a la caverna.
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ti.bulo; se señala el doble ciclo cárstico.
3. -Entra da a la caverna.
4.- Ves-
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l . - Ban·anco d el Castellet.
2.- Ol'igin a les restos d e la erosión.
3 y 4.- Dos
aspectos de las gaterías; en ambos se ve el doble ciclo cárstico y la estratificación
horizontal.
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l . - Gourgs de umbra l estala gmítico llenos d e agua.
2.- G a leria inunda d a por el agua procedente de las infiltracio nes.
con estratificación horizonta l y ba n das de nivel.
3.- Co ladas parietales. prod ucida s en la misma zona y circun stan cia s
que las a nteriores.
4. - Bloque elástico despren did o d e la bóveda y que, encajado en las par edes de la ga lería. pa rece
for mar pa r le d e ella .
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2
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l. - Diaclasa a bier ta en l a bóveda, ol'ienta da N. a S. y coladas laterales.
2. - Cola das pa rieta les prod ucidas por las fil t raciones de un cauce s uperior a otro inferior
3 y 4.- Bloques elásticos despegados de la
en un a acción regresiva de la cavern a .
bóveda y reposan do sobre el s uelo e n distintos á ngulos
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1. - Caos de bloques elásticos gigan tes.
2.- El color oscuro de los bloques señala las áreas de despegue, mien tras que el
claro m arca la s zon as de (Factura.
3 y 4. - Dos aspectos de la galería del fin al de la caverna. Bloques elás ticos. Estratificación m arcada. Predomi nio del d esa rrollo h orizon tal sobre el verticaL
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