Cuenco con cazoleta interior, del poblado de la Buitrera (Castellón de Rugat)
Miguel Ruiz Romero
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ENRIQUE PASTOR ALBEROLA
(Valencia)
CUENCO CON CAZOLETA INTERIOR,
OEL POBLADO DE «LA BUITRERA»
(Caatellón de Rugatl
I
EL YACIMIENTO
En anterior ocasión, dimos cuenta de este yacimiento arqueológico, y de sus principales características (1). Aftadiremos ahora que la
Buitrera es una pequeña elevación, de forma cónica y 376m. de altura, que, en el término de Castellón de Rugat, se adelanta, de la cordillera de Benicadell, hacia el centro del Valle de Albaida, separada del
conjunto montañoso por un vado, que sirve de paso a la carretera de
Gandía al puerto de Almansa (Lé.m. I, 4),
Toda ella es un potente depósito de arcillas rojas del Muschelkalk,
que desde muy antiguo abastecieron de materia prima a la industria
de las «jerres» primero, y ladrilleras en la actualidad; ello ha venido
provocando el paulatino aniquilamiento del montículo, con la subsiguiente eliminaciOn del yacimiento que nos ocupa.
Los restos arqueológicos que presentamos, proceden de la zona de
poniente, de laderas más suaves, donde aparecen profusamente esparcidos y desmenuzados, por consecuencia de unos abancalamientos, de reducidas dimensiones hechos en pasadas épocas.
Por otra parte, también en aquellas primeras noticias se habló de
una posible linea de muralla que, al quebrarse, había dejado al descubierto parte del estrato arqueológico, con fragmentos de vasijas, y la
pieza que más adelante describiremos.
En el extremo norte de la linea anterior, en el corte mismo donde
alcanzaba entonces la extracción de arcillas, aparecían abundantes
cenizas y tierra negruzca, con pequeños trozos cerámicos.
(l) E. PASTOR ALBEROLA: «Carta arqueológica del término de Ca.stellón de Rugat (Valencia)». Ar·
chivo de Prehistoria Levantina, XIII. Valencia, 1972, pé.g. 217.
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Con todos los fragmentos recuperados, sólo una vasija pudo reconstruirse; por lo demás, se procuró recoger aquello que, por su tamaño o características, pareció más significativo para la datación
cultural del yacimiento.
La cerámica es toda ella hecha a mano, en general bien alisada,
de irregular cocción, y con abundantes piedrecillas de desgrasan te en
la masa. Los perfiles acusan gran variedad en el tipo de las vasijas.
Los objetos líticos más abundantes eran las piedras fijas de molinos barquiformes, cuyos fragmentos, de diversas piezas a todas luces,
eran numerosísimos. El sílex, muy escaso. Y la única hachuela, de
precaria fabricación.
Tan exiguos materiales, a los que podrian añadirse fragmentos de
una concha de pecten con el natis perforado, limitan su estudio comparativo; sólo la cerámica permite establecer paralelos con otros yacimientos de mayor amplitud y mejor conocidos; bien es verdad que
también pudiera llegarse a conclusiones por modo indirecto, a través
del parangón entre la cazoleta que vamos a estudiar y los otros ejemplares descubiertos, en función de los yacimientos que las contenian.
Asi, pues, sin descender a comparaciones concretas, con tipos de
cerámicas similares, y prescindiendo igualmente de la enumeración
de estaciones arqueológicas de caracteres idénticos, de sobra conocidos, y reiteradamente citados en otros paralelos, podemos llegar a la
conclusión de que nos encontramos ante un yacimiento más, encuadrable en el periodo cultural del Bronce Valenciano.
INVENTARIO
PIEDRA (Lé.m. 1)
l.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
Pequeña hacha, de piedra arenisca, color rosado, con dobla bisel y sección aplanada.
Piedra caliza, de forma esférica, hecha a pen::usión, de color blanco-gris~ceo.
Percutor de forma tronco-cónica, del mismo tipo de piedra que la pieza anterior.
Percutor de perfl.l circular y socdón aplanada, de color amarillo claro.
Pieza de diorita, de color negro-grisáceo, de forma arriñonada, sin que pueda deducirse destino
especial alguno.
Pieza fija de molino barquiforme, de piedra arenisca rosada.
Otra pieza de caracteres semejantes a la anterlar, pero de menor tamaño.
SILEX
l.
2.
Pequeña sierra de sllex de color melado.
Tres fragmentos de silex, color blanco, posibles restos de taller; uno de e!los con parte de la envoltura nodular.
CERAMICA
¡. Vasija semiesférica, de paste color marrón claro, con una pequeña protuberancia a modo de asa
de pezón (boca 28; a\t., 13 cm.) {Lfun. Il, 2),
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2.
3.
4.
5.
6.
7.
B.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
18.
Parte de una vasija, de paredes rectas, pasta color gris oscuro, con asa de pezón.
Fragmentos varios de un vaso ovoide, de pasta amarilla clara.
Varios fragmentos de borde y cuerpo da una vasija, de pasta negra, rojiza en algunos puntos;
con borde exvasado.
Fragmentos que constituyan, aproximadamente, 1/4 del borde y pared lateral de un cuenco semiesférico, de pasta amarilla, negra en algunos puntos, por la deficiente cocción.
Fragmento da boca exvasada, perteneciente a una gran vasija, con asas de pezón cerca de la
boca, y pasta de color rosado, con muchas piedrecillas en la masa. Se recogieron varios frag·
mantos, probablemente, del cuerpo de la misma, dadas sus similues carecteristicas, pero que
no unen con el primero.
Frag. de boca, ligeramente exvasada, que conserva un asa de pezón, pasta color gris en la cara
externa, y rosada en la interna.
Dos fragmentos de borde, que no unen entre si, de una vasija de parad es rectas y pasta amari·
lla.
Seis fragmentos de una misma vasija globular, pasta amarilla, también con asa de pezón.
Frag. de borde, de 9 cm. por 6 cm., de una vasija semiesfárica, de pasta amarilla con manchas
negras.
Frag. de 10 por 5'5 cm. de borde de vasija, de paredes gruesas 11'3 cm.).
Frag. de borde y arranque de la pared lateral de una pequefla vasija globular, con boca ligeramente abierta, pasta amarillo sucio y manchas negras.
Frag. de 7 por 6 cm. de borde, pasta amarilla rosada, con asa de pezón cerca de la boca.
Pequeño fragmento de borde y parad lateral ligeramente abiertas, pasta gris negruzco y asa de
pezón.
Otro fragmento semejante al anterior, pero de color amarillo sucio y paredes més delgadas.
Frag. de 11 '5 por 9 cm. de borde, y arranque de la pared lateral de vasija globular; pasta roseda y boca ligeramente abierta.
Frag. de 7 por 8'8 cm. de borde de' vasija, de pasta rosada oscura.
Fra~. de 12 por 9'2 cm. de una vasija de paredes rectas, y pasta gris en la cera externa, y negra
en la interior.
Todos estos materiales están depositados en el Museo de Prehistoria de Valencia.
II
EL EJEMPLAR CON CAZOLETA INTERIOR
La pieza de mayor interés, objeto primordial de este trabajo, es un
cazoleta interior, que forma parte de un fragmento, de borde de vasija, que mide 9' 5 cm. de ancho por 9 cm. de alto. (Lám. II, 1).
Este nuevo ejemplar, del que ahora damos cuenta, pese al tiempo
transcurrido desde su hallazgo, tiene forma elíptica, con 3'5 cm. de
eje mayor, 2 cm. de eje menor y una profundidad de 4'5 cm. Su particularidad más destacada consiste en que, en lugar de ser coincidente
con asa externa, la pared exterior de la cazoleta, borde de la vasija
principal, se ensancha considerablemente, formando como un muñón, a guisa de asidero, que obliga a introducir el dedo en ella.
El fragmento que nos ocupa debió fonnar parte de una vasija, hecha a mano, de pasta bastante fina y superficie bien alisada, con coloración que varía del amarillo grisáceo al rosado, y algunas piedrecillas de desgrasante en la masa, su boca tendría unos 25 cm. de diáme-
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tro, si atendemos a la curvatura aproximada del fragmento. Se hallaba con otros trozos, presumibles de la misma pieza, por sus similares
caracteres, aunque no presenten puntos de unión, en la quebradura
del margen a que antes nos hemos referido.
A la vista de los ejemplares conocidos, la mayoría de los cuales
han sido objeto de publicación por el Servicio de Investigación Prehistórica, en sucesivos trabajos de sus colaboradores (2) podemos hacer
una doble distinción, atendiendo a los peculiares caracteres de cada
uno de ellos; esto es, la de aquellos que presentan asa exterior, en correspondencia con la cazoleta, como son los encontrados en Ereta del
Castellar (3), Assud de Almazara, Castell de Almanzor (4), Castillarejo
de los Moros (5) y Cava Fonda de Salamó (6); y los que carecen de asa,
caso en el que se incluyen este que presentamos ahora, el de la necrópolis de San Antonio, y el de Jaribaile (Jaén); la descripción, que da
M. L. Galván, de este último (7) no puede ser más coincidente con el
nuestro. Ultimamente, se ha dado noticias de dos nuevos ejemplares:
uno hallado en Frías de Albarracín (Teruel), en el poblado del Brorice,
situado en el «Casti1lm>, el que por tener asa externa debemos incluir
en el primer grupo (8); y otro aparecido en Villar del Humo (Cuenca),
del que se desconocen sus características.
En conjunto, todos los ejemplares conocidos hasta hoy mantienen
la vigencia de las conclusiones, sentadas por Arnal, Prades y Fletcher,
respecto al encuadre de esta modalidad, tanto geográfico {zona oriental de la pellinsula) como cronológico (Edad del Bronce).
Si abordamos un estudio comparativo, hemos de rechazar, en su
mayoría, los paralelos que establece M. L. Galván, con hallazgos centroeuropeos y en especial con el de Cabezo de Monleón de Caspe.
D. FLETCHER: «Museo de Prehistoria de la Diputación de Valencia1. Valencia, 1974, pág. 103.
(3) J. ARNAL, H. PRADES y D. FLETCHER: rLa Ereta del Castellar IVillafran,-a del Cid, Castellón)o, Trab1\Jos Vados del S. I. P., n.• 35. Valencia, 1968.
(41 F. ESTEVE GALVEZ: «El abrigo rupestre del Assud de Almazara y su yacimiento arqueológico•.
Archivo de Prehistoria Levantina, XII. Valencia, 1969, págs. 43-54.
(5) D. FLETCHER y J. ALCACER: •El Castillarejo de los Moros lAndilla, Valencia)o. Archivo de Prehistoria Levantina, VII. Valencia, 1956, págs. 93-110.
(6) Habiendo tenido noticia el Director del S. l. P., por el Profesor Mac!mik de la existencia, en el
Museo Arqueológico de Barcelona, de un veso de cazoleta interna procedente de Cova Fonda (Salamó,
Tarragona), solicitó del Doctor Ripol\, Director de dicho Museo, confirmación y autorización en su caso,
pera incluirlo en la relación que aqul hacemos de esta c\ao;e de vasijas. El Doctor Ripoll, por mediacll'ln
del Profesor Batista, proporcionó la autorización y los datos sigulentes: ~Inventarlo General 13766.Fragmento de vaso con borde, asa y cazoleta interna de sección cónica, situada a medio centímetro del
horde; pasta compacta con escaso desgrasan te y superficie pulida. Asa; 4 x 3; cazoleta: 3 x 4 x 1'5 cm.,
fragmento total S x 8 cm. Cultura: Bronce.-Sala IV. Almacén. Cilla mi m. 2~. En nombre del S. I. P. y en el
propio, hacemos público nuestro reconocimiento a los señores Rlpoll y Batista por sn amable colaboración.
(7] M. L. GALVAN: ~cuenco de la Edad del Bronce.-. Memorias de los Museos Arqueológicos Provinciales, XVI-XVIU. Madrid, 1960, págs. 29-31.
(8) P. ATRIAN JORDAN: ~un interesante fragmento cerlimico de la Edad del Bronce•. Miscelánea
Arqueológica dedicada al Frof. A. Beltrán Martfneu. Zaragoza, 1975, pág. 27 y ss.
12)
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LA BUITRERA
6
Mención especial merece, en cambio, la correlación que existe en
nuestras vasijas con cazoleta, y otra vasija procedente de los <
En su estudio sobre la cultura de las catacumbas, Olimpiada Shaposhnikova incluye, en la parte gráfica, una vasija con cazoleta interior, y cita en el texto la hipótesis de L. S. Klein, quien considera que
en la solución de los problemas, que aquella cultura presenta, juega
un papel importante la cultura occidental y mediterránea, en especial
la del Bronce primitivo (9); y si bien la autora no comparte este punto
de vista, no deja de admitir que la cultura de las catacumbas aparece
como fusión de otras diversas e inmigrantes, y señalando como caracteres peculiares la variedad de tipos de vasijas y sus diferentes grados
de cocción, la fija en el periodo del Bronce medio, y cronológicamente
entre el 2000 y 1700-1600 a. C. (lO).
Nuestros autores han estudiado los ejemplares conocidos, tratando de interpretar dos puntos interesantes: función que pudo desempeñar la cazoleta, y significación práctica de la vasija que la conterúa.
Respecto del primer punto, se ha insinuado la posibilidad de que
estas cazoletas sirvieran para depositar ciertas substancias, las que
no interesaba mezclar con el contenido principal; su proximidad al
asa exterior no constituiría argumento en contrario, por cuanto, precisamente alli, reside la mayor estabilidad de la vasija al asirla, dado,
además, el tamaño y poco fondo del diminuto recipiente.
Mayor argumento, en contra de semejante aplicación, supone la
existencia de ejemplares sin asa exterior, lo que obliga a introducir el
dedo en la vasija, para asir la pared lateral. M. L. Galván dice que la
cazoleta es «Un asa muy ingeniosa para poder manejar la vasija dentro del fuego sin ·quemarse», lo que parece corroborar «las huellas de
brasas que se advierten más intensamente hacia el borde opuesto del
asa» (11 ), Esteve Gálvez opina que estas cazoletas sirvieron de protección al dedo pulgar, aislándolo del contenido de la vasija (12). Esta
misma opinión aceptan Arnal, Prades y Fletcher. Nosotros creemos
que el ejemplar, que ahora presentamos, entraña un argumento más,
en favor de esta función, por cuRnto el muñón, al hacer las veces de
asa, obliga a introducir el dedo en aquella.
(9) s. L. KLEIN: dlrt1vt1s d!l.toa sobra .!nmigración y procedt~nda de le Cultura de las Catacumbas~.
(10) O. SHAPOSHNl!COVA: d.a.región dt1la Cultura dt~laa CalacumbuJ. Origini, III. Roma, 1969,
pág. 65 y ss. Agradectlmoa a D. Adrlano Iglesias Iglt!slas, profesor de la Escuela de Idiomas, le !.raduc·
ción de este trabajo del ruso y las aclaraci.,nes que nos he. prop.,rclonado.
111) o. c. nota 7.
(12) o. c. note. 4, pág. 53.
..
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E. PASTOR ALBEROLA
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Sin embargo, no se nos escapa que la solidez de esta hipótesis viene fundamentalmente avalada por la forma y caracteres intrínsecos
del objeto, que así parece corroborarlo, y no por la afirmación misma,
de que ella permite manejar la vasija sin quemarse, porque una elemental experiencia nos pone de manifiesto que el asa exterior evita
mucho mejor el calor, que tan ingenioso procedimiento.
En cuanto a la aplicación práctica, que pudiera haberse dado a
las vasijas con cazoleta interior, sólo Esteve Gálvez aporta un criterio,
al insinuar la posibilidad de que tuvieran la función primordial de servir para preparar «delicadas y peligrosas materias, probablemente
venenos, que sirvirian para emponzoñar las puntas de las saetas (13).
Menos convincente aún nos parece esta hipótesis, sin dejar de reconocer por ello el mérito que entraña, en cuanto a una primera aportación. Porque, en esta-linea, habria que pensar que la vasija se llenaba hasta el borde, por lo que, para asirla cómodamente y sin peligro,
hubo de habilitarse un sistema especial de asa, protector del dedo pulgar. La cerámica de la cultura del Bronce es demasiado rica, en número y tipología de vasijas, para tener que recurrir a tan especial fórmula de protección.
Estas consideraciones, que tienen por base unos hallazgos limitados en número, y esporádicos en el área en que se han verificado, nos
llevan a la conclusión de que estamos muy lejos de poder precisar la
función específica de tales vasijas, si es que realmente tuvieron alguna, dentro del período a que pertenecen. Quizás la solución sea mucho
más sencilla, y obedezcan simplemente a una corriente cultural. En
todo caso, como concluye en su trabajo O. Shaposhnikova, la solución
está en el futuro.
(13)
O. c. nota 4, pág. 53, not11 10.
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PASTOR A LBEROLA.- La Buitrera
1. 2 y 3.-Hacha. esfera y percutor. de piedra (T. n.)
4 y 5.-Panorémica del poblado, desde el E. y W .
LAM. 1
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PASTOR AlBEROlA.- La Buitrera
lAM. 11
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CENTRE D'ESTUDIS CONTESTANS
(Cocentaina)
LA MOLA D'AGRES
Una de las actividades que viene desarrollando el Centre d'Estudis Contestans desde hace algunos años, es la de prospectar minuciosa y sistemáticamente la comarca natural de El Comtat (fig. 1), con el
fin de conocer su pasado prehistórico a través de los yacimientos arqueológicos que en ella se encuentran. Los resultados de tales prospecciones, reunidos bajo la forma de Carta Arqueológica, serán publicados en fecha próxima. Sin embargo, dado el gran interés de los materiales hallados en el poblado de «La Mola d'Agres)), hemos creído
conveniente adelantar su publicación y darlos a conocer en este breve
trabajo.
SITUACION
El poblado pertenece al término municipal de Agres, del que dista
un kilómetro por el antiguo camino de Agres a Muro d'El Comtat. Se
halla ubicado en una pequeña loma (Lam. I), situada en la falda
septentrional de la Sierra de Mariola, en las estribaciones del Pico del
Tejo, justo enfrente del poblado de Covalta por su lado meridional
(fig. 2).
El peñón sobre el que se asienta el yacimiento es de roca cretacea,
aislado del resto del conjunto montañoso y desde su cima domina todo el valle del Riu d' Agres -rio que vierte sus aguas en el Riu d' Alcoi o
Serpis, el cual se abre paso por el Estret de l'Orxa hacia Gandía- y la
carretera Muro-Bocairente, así como parte del estrecho que comunica
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CENTR.b tntSTlJDIS CONTESTAN$
N.
·~
Km.
o
•
LA MOLA 0 1AGRES
( El COMTAT )
Pig. 1.-Mapa de situación del yacimiento
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ENRIQUE PASTOR ALBEROLA
(Valencia)
CUENCO CON CAZOLETA INTERIOR,
OEL POBLADO DE «LA BUITRERA»
(Caatellón de Rugatl
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EL YACIMIENTO
En anterior ocasión, dimos cuenta de este yacimiento arqueológico, y de sus principales características (1). Aftadiremos ahora que la
Buitrera es una pequeña elevación, de forma cónica y 376m. de altura, que, en el término de Castellón de Rugat, se adelanta, de la cordillera de Benicadell, hacia el centro del Valle de Albaida, separada del
conjunto montañoso por un vado, que sirve de paso a la carretera de
Gandía al puerto de Almansa (Lé.m. I, 4),
Toda ella es un potente depósito de arcillas rojas del Muschelkalk,
que desde muy antiguo abastecieron de materia prima a la industria
de las «jerres» primero, y ladrilleras en la actualidad; ello ha venido
provocando el paulatino aniquilamiento del montículo, con la subsiguiente eliminaciOn del yacimiento que nos ocupa.
Los restos arqueológicos que presentamos, proceden de la zona de
poniente, de laderas más suaves, donde aparecen profusamente esparcidos y desmenuzados, por consecuencia de unos abancalamientos, de reducidas dimensiones hechos en pasadas épocas.
Por otra parte, también en aquellas primeras noticias se habló de
una posible linea de muralla que, al quebrarse, había dejado al descubierto parte del estrato arqueológico, con fragmentos de vasijas, y la
pieza que más adelante describiremos.
En el extremo norte de la linea anterior, en el corte mismo donde
alcanzaba entonces la extracción de arcillas, aparecían abundantes
cenizas y tierra negruzca, con pequeños trozos cerámicos.
(l) E. PASTOR ALBEROLA: «Carta arqueológica del término de Ca.stellón de Rugat (Valencia)». Ar·
chivo de Prehistoria Levantina, XIII. Valencia, 1972, pé.g. 217.
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Con todos los fragmentos recuperados, sólo una vasija pudo reconstruirse; por lo demás, se procuró recoger aquello que, por su tamaño o características, pareció más significativo para la datación
cultural del yacimiento.
La cerámica es toda ella hecha a mano, en general bien alisada,
de irregular cocción, y con abundantes piedrecillas de desgrasan te en
la masa. Los perfiles acusan gran variedad en el tipo de las vasijas.
Los objetos líticos más abundantes eran las piedras fijas de molinos barquiformes, cuyos fragmentos, de diversas piezas a todas luces,
eran numerosísimos. El sílex, muy escaso. Y la única hachuela, de
precaria fabricación.
Tan exiguos materiales, a los que podrian añadirse fragmentos de
una concha de pecten con el natis perforado, limitan su estudio comparativo; sólo la cerámica permite establecer paralelos con otros yacimientos de mayor amplitud y mejor conocidos; bien es verdad que
también pudiera llegarse a conclusiones por modo indirecto, a través
del parangón entre la cazoleta que vamos a estudiar y los otros ejemplares descubiertos, en función de los yacimientos que las contenian.
Asi, pues, sin descender a comparaciones concretas, con tipos de
cerámicas similares, y prescindiendo igualmente de la enumeración
de estaciones arqueológicas de caracteres idénticos, de sobra conocidos, y reiteradamente citados en otros paralelos, podemos llegar a la
conclusión de que nos encontramos ante un yacimiento más, encuadrable en el periodo cultural del Bronce Valenciano.
INVENTARIO
PIEDRA (Lé.m. 1)
l.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
Pequeña hacha, de piedra arenisca, color rosado, con dobla bisel y sección aplanada.
Piedra caliza, de forma esférica, hecha a pen::usión, de color blanco-gris~ceo.
Percutor de forma tronco-cónica, del mismo tipo de piedra que la pieza anterior.
Percutor de perfl.l circular y socdón aplanada, de color amarillo claro.
Pieza de diorita, de color negro-grisáceo, de forma arriñonada, sin que pueda deducirse destino
especial alguno.
Pieza fija de molino barquiforme, de piedra arenisca rosada.
Otra pieza de caracteres semejantes a la anterlar, pero de menor tamaño.
SILEX
l.
2.
Pequeña sierra de sllex de color melado.
Tres fragmentos de silex, color blanco, posibles restos de taller; uno de e!los con parte de la envoltura nodular.
CERAMICA
¡. Vasija semiesférica, de paste color marrón claro, con una pequeña protuberancia a modo de asa
de pezón (boca 28; a\t., 13 cm.) {Lfun. Il, 2),
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LA BUITRERA
2.
3.
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5.
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7.
B.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
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17.
18.
Parte de una vasija, de paredes rectas, pasta color gris oscuro, con asa de pezón.
Fragmentos varios de un vaso ovoide, de pasta amarilla clara.
Varios fragmentos de borde y cuerpo da una vasija, de pasta negra, rojiza en algunos puntos;
con borde exvasado.
Fragmentos que constituyan, aproximadamente, 1/4 del borde y pared lateral de un cuenco semiesférico, de pasta amarilla, negra en algunos puntos, por la deficiente cocción.
Fragmento da boca exvasada, perteneciente a una gran vasija, con asas de pezón cerca de la
boca, y pasta de color rosado, con muchas piedrecillas en la masa. Se recogieron varios frag·
mantos, probablemente, del cuerpo de la misma, dadas sus similues carecteristicas, pero que
no unen con el primero.
Frag. de boca, ligeramente exvasada, que conserva un asa de pezón, pasta color gris en la cara
externa, y rosada en la interna.
Dos fragmentos de borde, que no unen entre si, de una vasija de parad es rectas y pasta amari·
lla.
Seis fragmentos de una misma vasija globular, pasta amarilla, también con asa de pezón.
Frag. de borde, de 9 cm. por 6 cm., de una vasija semiesfárica, de pasta amarilla con manchas
negras.
Frag. de 10 por 5'5 cm. de borde de vasija, de paredes gruesas 11'3 cm.).
Frag. de borde y arranque de la pared lateral de una pequefla vasija globular, con boca ligeramente abierta, pasta amarillo sucio y manchas negras.
Frag. de 7 por 6 cm. de borde, pasta amarilla rosada, con asa de pezón cerca de la boca.
Pequeño fragmento de borde y parad lateral ligeramente abiertas, pasta gris negruzco y asa de
pezón.
Otro fragmento semejante al anterior, pero de color amarillo sucio y paredes més delgadas.
Frag. de 11 '5 por 9 cm. de borde, y arranque de la pared lateral de vasija globular; pasta roseda y boca ligeramente abierta.
Frag. de 7 por 8'8 cm. de borde de' vasija, de pasta rosada oscura.
Fra~. de 12 por 9'2 cm. de una vasija de paredes rectas, y pasta gris en la cera externa, y negra
en la interior.
Todos estos materiales están depositados en el Museo de Prehistoria de Valencia.
II
EL EJEMPLAR CON CAZOLETA INTERIOR
La pieza de mayor interés, objeto primordial de este trabajo, es un
cazoleta interior, que forma parte de un fragmento, de borde de vasija, que mide 9' 5 cm. de ancho por 9 cm. de alto. (Lám. II, 1).
Este nuevo ejemplar, del que ahora damos cuenta, pese al tiempo
transcurrido desde su hallazgo, tiene forma elíptica, con 3'5 cm. de
eje mayor, 2 cm. de eje menor y una profundidad de 4'5 cm. Su particularidad más destacada consiste en que, en lugar de ser coincidente
con asa externa, la pared exterior de la cazoleta, borde de la vasija
principal, se ensancha considerablemente, formando como un muñón, a guisa de asidero, que obliga a introducir el dedo en ella.
El fragmento que nos ocupa debió fonnar parte de una vasija, hecha a mano, de pasta bastante fina y superficie bien alisada, con coloración que varía del amarillo grisáceo al rosado, y algunas piedrecillas de desgrasante en la masa, su boca tendría unos 25 cm. de diáme-
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tro, si atendemos a la curvatura aproximada del fragmento. Se hallaba con otros trozos, presumibles de la misma pieza, por sus similares
caracteres, aunque no presenten puntos de unión, en la quebradura
del margen a que antes nos hemos referido.
A la vista de los ejemplares conocidos, la mayoría de los cuales
han sido objeto de publicación por el Servicio de Investigación Prehistórica, en sucesivos trabajos de sus colaboradores (2) podemos hacer
una doble distinción, atendiendo a los peculiares caracteres de cada
uno de ellos; esto es, la de aquellos que presentan asa exterior, en correspondencia con la cazoleta, como son los encontrados en Ereta del
Castellar (3), Assud de Almazara, Castell de Almanzor (4), Castillarejo
de los Moros (5) y Cava Fonda de Salamó (6); y los que carecen de asa,
caso en el que se incluyen este que presentamos ahora, el de la necrópolis de San Antonio, y el de Jaribaile (Jaén); la descripción, que da
M. L. Galván, de este último (7) no puede ser más coincidente con el
nuestro. Ultimamente, se ha dado noticias de dos nuevos ejemplares:
uno hallado en Frías de Albarracín (Teruel), en el poblado del Brorice,
situado en el «Casti1lm>, el que por tener asa externa debemos incluir
en el primer grupo (8); y otro aparecido en Villar del Humo (Cuenca),
del que se desconocen sus características.
En conjunto, todos los ejemplares conocidos hasta hoy mantienen
la vigencia de las conclusiones, sentadas por Arnal, Prades y Fletcher,
respecto al encuadre de esta modalidad, tanto geográfico {zona oriental de la pellinsula) como cronológico (Edad del Bronce).
Si abordamos un estudio comparativo, hemos de rechazar, en su
mayoría, los paralelos que establece M. L. Galván, con hallazgos centroeuropeos y en especial con el de Cabezo de Monleón de Caspe.
D. FLETCHER: «Museo de Prehistoria de la Diputación de Valencia1. Valencia, 1974, pág. 103.
(3) J. ARNAL, H. PRADES y D. FLETCHER: rLa Ereta del Castellar IVillafran,-a del Cid, Castellón)o, Trab1\Jos Vados del S. I. P., n.• 35. Valencia, 1968.
(41 F. ESTEVE GALVEZ: «El abrigo rupestre del Assud de Almazara y su yacimiento arqueológico•.
Archivo de Prehistoria Levantina, XII. Valencia, 1969, págs. 43-54.
(5) D. FLETCHER y J. ALCACER: •El Castillarejo de los Moros lAndilla, Valencia)o. Archivo de Prehistoria Levantina, VII. Valencia, 1956, págs. 93-110.
(6) Habiendo tenido noticia el Director del S. l. P., por el Profesor Mac!mik de la existencia, en el
Museo Arqueológico de Barcelona, de un veso de cazoleta interna procedente de Cova Fonda (Salamó,
Tarragona), solicitó del Doctor Ripol\, Director de dicho Museo, confirmación y autorización en su caso,
pera incluirlo en la relación que aqul hacemos de esta c\ao;e de vasijas. El Doctor Ripoll, por mediacll'ln
del Profesor Batista, proporcionó la autorización y los datos sigulentes: ~Inventarlo General 13766.Fragmento de vaso con borde, asa y cazoleta interna de sección cónica, situada a medio centímetro del
horde; pasta compacta con escaso desgrasan te y superficie pulida. Asa; 4 x 3; cazoleta: 3 x 4 x 1'5 cm.,
fragmento total S x 8 cm. Cultura: Bronce.-Sala IV. Almacén. Cilla mi m. 2~. En nombre del S. I. P. y en el
propio, hacemos público nuestro reconocimiento a los señores Rlpoll y Batista por sn amable colaboración.
(7] M. L. GALVAN: ~cuenco de la Edad del Bronce.-. Memorias de los Museos Arqueológicos Provinciales, XVI-XVIU. Madrid, 1960, págs. 29-31.
(8) P. ATRIAN JORDAN: ~un interesante fragmento cerlimico de la Edad del Bronce•. Miscelánea
Arqueológica dedicada al Frof. A. Beltrán Martfneu. Zaragoza, 1975, pág. 27 y ss.
12)
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LA BUITRERA
6
Mención especial merece, en cambio, la correlación que existe en
nuestras vasijas con cazoleta, y otra vasija procedente de los <
en la solución de los problemas, que aquella cultura presenta, juega
un papel importante la cultura occidental y mediterránea, en especial
la del Bronce primitivo (9); y si bien la autora no comparte este punto
de vista, no deja de admitir que la cultura de las catacumbas aparece
como fusión de otras diversas e inmigrantes, y señalando como caracteres peculiares la variedad de tipos de vasijas y sus diferentes grados
de cocción, la fija en el periodo del Bronce medio, y cronológicamente
entre el 2000 y 1700-1600 a. C. (lO).
Nuestros autores han estudiado los ejemplares conocidos, tratando de interpretar dos puntos interesantes: función que pudo desempeñar la cazoleta, y significación práctica de la vasija que la conterúa.
Respecto del primer punto, se ha insinuado la posibilidad de que
estas cazoletas sirvieran para depositar ciertas substancias, las que
no interesaba mezclar con el contenido principal; su proximidad al
asa exterior no constituiría argumento en contrario, por cuanto, precisamente alli, reside la mayor estabilidad de la vasija al asirla, dado,
además, el tamaño y poco fondo del diminuto recipiente.
Mayor argumento, en contra de semejante aplicación, supone la
existencia de ejemplares sin asa exterior, lo que obliga a introducir el
dedo en la vasija, para asir la pared lateral. M. L. Galván dice que la
cazoleta es «Un asa muy ingeniosa para poder manejar la vasija dentro del fuego sin ·quemarse», lo que parece corroborar «las huellas de
brasas que se advierten más intensamente hacia el borde opuesto del
asa» (11 ), Esteve Gálvez opina que estas cazoletas sirvieron de protección al dedo pulgar, aislándolo del contenido de la vasija (12). Esta
misma opinión aceptan Arnal, Prades y Fletcher. Nosotros creemos
que el ejemplar, que ahora presentamos, entraña un argumento más,
en favor de esta función, por cuRnto el muñón, al hacer las veces de
asa, obliga a introducir el dedo en aquella.
(9) s. L. KLEIN: dlrt1vt1s d!l.toa sobra .!nmigración y procedt~nda de le Cultura de las Catacumbas~.
(10) O. SHAPOSHNl!COVA: d.a.región dt1la Cultura dt~laa CalacumbuJ. Origini, III. Roma, 1969,
pág. 65 y ss. Agradectlmoa a D. Adrlano Iglesias Iglt!slas, profesor de la Escuela de Idiomas, le !.raduc·
ción de este trabajo del ruso y las aclaraci.,nes que nos he. prop.,rclonado.
111) o. c. nota 7.
(12) o. c. note. 4, pág. 53.
..
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E. PASTOR ALBEROLA
'
Sin embargo, no se nos escapa que la solidez de esta hipótesis viene fundamentalmente avalada por la forma y caracteres intrínsecos
del objeto, que así parece corroborarlo, y no por la afirmación misma,
de que ella permite manejar la vasija sin quemarse, porque una elemental experiencia nos pone de manifiesto que el asa exterior evita
mucho mejor el calor, que tan ingenioso procedimiento.
En cuanto a la aplicación práctica, que pudiera haberse dado a
las vasijas con cazoleta interior, sólo Esteve Gálvez aporta un criterio,
al insinuar la posibilidad de que tuvieran la función primordial de servir para preparar «delicadas y peligrosas materias, probablemente
venenos, que sirvirian para emponzoñar las puntas de las saetas (13).
Menos convincente aún nos parece esta hipótesis, sin dejar de reconocer por ello el mérito que entraña, en cuanto a una primera aportación. Porque, en esta-linea, habria que pensar que la vasija se llenaba hasta el borde, por lo que, para asirla cómodamente y sin peligro,
hubo de habilitarse un sistema especial de asa, protector del dedo pulgar. La cerámica de la cultura del Bronce es demasiado rica, en número y tipología de vasijas, para tener que recurrir a tan especial fórmula de protección.
Estas consideraciones, que tienen por base unos hallazgos limitados en número, y esporádicos en el área en que se han verificado, nos
llevan a la conclusión de que estamos muy lejos de poder precisar la
función específica de tales vasijas, si es que realmente tuvieron alguna, dentro del período a que pertenecen. Quizás la solución sea mucho
más sencilla, y obedezcan simplemente a una corriente cultural. En
todo caso, como concluye en su trabajo O. Shaposhnikova, la solución
está en el futuro.
(13)
O. c. nota 4, pág. 53, not11 10.
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PASTOR A LBEROLA.- La Buitrera
1. 2 y 3.-Hacha. esfera y percutor. de piedra (T. n.)
4 y 5.-Panorémica del poblado, desde el E. y W .
LAM. 1
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PASTOR AlBEROlA.- La Buitrera
lAM. 11
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CENTRE D'ESTUDIS CONTESTANS
(Cocentaina)
LA MOLA D'AGRES
Una de las actividades que viene desarrollando el Centre d'Estudis Contestans desde hace algunos años, es la de prospectar minuciosa y sistemáticamente la comarca natural de El Comtat (fig. 1), con el
fin de conocer su pasado prehistórico a través de los yacimientos arqueológicos que en ella se encuentran. Los resultados de tales prospecciones, reunidos bajo la forma de Carta Arqueológica, serán publicados en fecha próxima. Sin embargo, dado el gran interés de los materiales hallados en el poblado de «La Mola d'Agres)), hemos creído
conveniente adelantar su publicación y darlos a conocer en este breve
trabajo.
SITUACION
El poblado pertenece al término municipal de Agres, del que dista
un kilómetro por el antiguo camino de Agres a Muro d'El Comtat. Se
halla ubicado en una pequeña loma (Lam. I), situada en la falda
septentrional de la Sierra de Mariola, en las estribaciones del Pico del
Tejo, justo enfrente del poblado de Covalta por su lado meridional
(fig. 2).
El peñón sobre el que se asienta el yacimiento es de roca cretacea,
aislado del resto del conjunto montañoso y desde su cima domina todo el valle del Riu d' Agres -rio que vierte sus aguas en el Riu d' Alcoi o
Serpis, el cual se abre paso por el Estret de l'Orxa hacia Gandía- y la
carretera Muro-Bocairente, así como parte del estrecho que comunica
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CENTR.b tntSTlJDIS CONTESTAN$
N.
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LA MOLA 0 1AGRES
( El COMTAT )
Pig. 1.-Mapa de situación del yacimiento
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lOO -
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